El senador RN Alberto Espina, creador de la Ley 20.000 de Drogas y Estupefacientes en Chile, defendió la normativa y dijo que los errores se producen por la aplicación e interpretación de los jueces.
El GPS, el parlamentario afirmó que es "una buena ley, yo creo que puede ser que en algunos casos los jueces la interpreten y la apliquen mal, pero puedo demostrar que es una buena ley", enfatizó.
"Lo que esta ley establece, en primer lugar, sanciona con duras penas de cárcel al tráfico de drogas, con una pena que va de cinco años y un día a 15 años y luego si el traficante es por pequeñas cantidades de droga, lo que se denomina microtráfico, la pena es menor y va de 541 días a cinco años".
"En Chile no existen penas para los consumidores, así de categórico. Los consumidores en nuestro país se dividen en dos circunstancias: si una persona consume drogas en su casa, no tiene ninguna pena, sea cual sea la droga, salvo que se concierten para consumir droga, es decir, se reúna un grupo de personas con el sólo propósito de consumir droga", explicó el senador.
El representante de Renovación Nacional añadió que "en todo lo que es materia de tráfico, Chile tiene una tremenda ley de droga. En materia de consumo, es un país que permite el consumo privado, que no permite el consumo público por el efecto imitativo que tiene, particularmente, en el mundo de los jóvenes. Donde tiene dos problemas es qué se entiende por consumo próximo en el tiempo y qué significa, cuánta cantidad".
En el caso de Manuel Lagos "hay un tema interpretativo, a mí lo que se me señala es que si él está preso por ser exclusivamente consumidor de droga, hay un error, porque una persona que es consumidora de droga no debe estar presa, porque la sociedad no lo considera un delito, lo que considera un delito es el tráfico", expresó.
El autocultivo
Sobre el autocultivo de marihuana, Espina dijo que "es un tema que tiene que analizarse, tengo que ver los efectos e impactos. No tengo ningún prejuicio, he sido un duro batallador contra los traficantes por años, tuve una oficina de fiscalización, lo pasé harto mal porque los traficantes no me trataron bien a mí ni a mi familia en amenazas, pero si es un punto que tenemos pendiente, no tengo un complejo para que lo discutamos".
Finalmente sentenció que "la correcta aplicación de la ley dice que si yo voy y compro droga a una persona que me la vende y compro para mi uso próximo en el tiempo, que hay que determinar, a mí no me pueden procesar por traficante, lo que ocurre es que en muchas oportunidades, el traficante entrega los nombres de sus consumidores, entonces van y detienen al consumidor como si fuera traficante, entonces hay un tema de aplicación de la ley".