Una comitiva de altos funcionarios de la Fiscalía General de Venezuela llegó este martes a Chile para colaborar en la investigación del secuestro y homicidio del exmilitar venezolano Ronald Ojeda, ocurrido en febrero pasado en Santiago, y cuya autoría y circunstancias aún no se han esclarecido.
El director de Asuntos Internacionales, Álvaro Cabrera, y el director general contra Delitos Comunes, Ángel Fuenmayor, se reunirán el jueves con sus pares de la Fiscalía chilena.
"El jueves habrá una reunión en Santiago de nuestro jefe de la Unidad de Cooperación Internacional, que es el par del jefe de la Unidad de Cooperación Internacional de la Fiscalía de Venezuela que integra la delegación, con el propósito de intercambiar información", informó este martes el fiscal nacional, Ángel Valencia, en un punto de prensa desde Antofagasta.
Hasta el momento hay un solo imputado por el crimen de Ojeda: un joven de 17 años, también venezolano, que permanece en internación provisoria desde marzo.
El fiscal a cargo del caso, Héctor Barros, vinculó el crimen con la banda criminal Tren de Aragua, nacida en una cárcel venezolana y extendida por Chile, Perú y Bolivia, y el caso generó fricciones entre los gobiernos de Chile y Venezuela.
Otros dos sospechosos fueron identificados y tienen una orden de detención vigente, pero se encuentran prófugos, por lo que Valencia reafirmó que se presume que ambos se encuentran en Venezuela, y valoró la visita de los fiscales de ese país.
EXPRESAR VOLUNTAD EN "HECHOS CONCRETOS"
"Nos alegra saber que reiteran su disposición a cooperar, es una información que nos parece muy satisfactoria y muy positiva; por supuesto, uno espera que esa manifestación de voluntad se traduzca en hechos concretos, pero ya el hecho de manifestarla siempre es positivo", indicó el fiscal nacional.
Al mismo tiempo, Valencia recordó que el Ministerio Público en ambos países tiene "múltiples lazos" en común, y "muchos temas que hablar más allá del caso Ojeda".
Los restos del exmilitar venezolano fueron hallados en medio de un operativo policial en Maipú, en una toma irregular, y sepultado a una profundidad de 1,4 metros debajo de un bloque de cemento.
Según las primeras versiones, basadas en especulaciones, grabaciones de cámaras y el hallazgo de un automóvil con uniformes falsos, Ojeda fue sacado en plena noche de su casa, casi desnudo, por un grupo de personas vestidas como funcionarios de la PDI.