Una mujer de 35 años fue detenida como sospechosa de haber matado a su hijo de dos años ahogándolo en una tina con agua en su departamento en la comuna de Ñuñoa.
De acuerdo con la información policial, la acusada primero había intentado matarse con el bebé en sus brazos abriendo la llave del gas mientras estaban encerrados en la cocina, sin embargo, no lo consiguió.
Por ello, según el relato, al día siguiente hundió al pequeño en la tina con agua hasta causarle la muerte. Luego tomó pastillas, se autoinfirió cortes y 30 horas después llamó a la policía asegurando que había ocurrido un accidente.
Tras eso, las declaraciones de la victimaria, ingeniera de profesión, cayeron en contradicciones hasta que finalmente confesó ser la autora del crimen de su hijo.
El subcomisario de la Brigada de Homicidios de la PDI, Cristián Tur, detalló que la mujer "señaló, en primera instancia, que el niño había quedado solo en la tina y se habría ahogado solo. Dio un testimonio no lógico y finalmente terminó confesando su autoría en el delito manifestando que habría sumergido al menor en la tina y posteriormente habría intentado atentar contra su vida".
La mujer trabajaba con su madre en Curicó durante la semana y las peleas con ella habrían gatillado en una desesperación que la llevó a adelantar su viaje de vuelta a Santiago para cometer el parricidio.
Incluso la victimaria, que no presentaba antecedentes siquiátricos, durmió un día junto al cuerpo del bebé envuelto en una toalla, según determinó la policía.
La Fiscalía Oriente lleva adelante la investigación contra la mujer, por la que deberá pasar 120 días en prisión preventiva.
El fiscal Jorge Bitar comentó que "es un caso de particular gravedad, especialmente por el delito, la pena que está involucrada, que es 15 años y un día que arriesga como mínimo en este caso la imputadas, hasta presidio perpetuo, y es por eso que estamos conformes con la prisión preventiva".