Jorge Cantellano, uno de los denunciantes de Cristian Precht, aseguró que la Iglesia no se preocupó mayormente de él cuando acusó abuso sexual por parte del ex vicario de la Solidaridad, sino que estaban más atentos a que no siguiera comentando lo ocurrido.
Cantellano relató a Ciper que cuando tenía 19 años -en 1979- el sacerdote Precht le mostró sus genitales y le pidió que lo tocara, situación a la que se negó.
Según relató, Precht ostentaba el puesto de vicario de la Solidaridad y que por hecho fortuito se quedó a dormir en San Miguel junto al denunciado y al sacerdote Miguel Ortega.
"A su favor declaro que no hubo intento de forcejeo y por el contrario se disculpó sinceramente", escribió Cantellano en octubre de 2011 en una carta que fue dirigida a Precht, autoridades eclesiásticas y laicos.
Cantellano comentó que "en la Zona Oeste se enteraron de que entre los jóvenes andábamos comentando lo de Cristián y me llamaron para decirme que era más prudente mantener silencio".
"Fue en ese momento que me dijeron que a Cristián lo habían mandado a tratarse clínicamente para sanarse de su problema'. En realidad, toda la preocupación fue para que yo no siguiera comentando, pero hubo cero preocupación por lo que yo estaba pasando", afirmó.
Este caso, si pasa a los tribunales ordinarios, sería visto por el sistema antiguo que tomaría en consideración que en 1979 la mayoría de edad era a los 21 años y no a los 18 como se modificó en 1993, por lo que se trataría de un caso de abuso de menor.
"Cariños paternales"
Cantellano fue parte de la pastoral juvenil del decanato de Pudahuel Sur entre 1976 y 1980. Aquella noche, el denunciante visitó a Precht, pero se le hizo tarde para volver, por lo que decidió quedarse en la casa del sacerdote.
"Vi natural quedarme a dormir esa noche allí. Lo que me pareció extraño es que Cristián sacara un catre de debajo de su cama y lo pusiera al lado de la suya y luego me invitara a dormir allí. Extraño me pareció porque en casas más humildes que la de él, los curas siempre tenían un lugar de alojamiento para los huéspedes, aunque fuera en camas improvisadas en el comedor", relató.
Al mostrarle Precht sus genitales, Cantellano rechazó al sacerdote aseverando que eran "mariconadas", tras lo cual el religioso no insistió.
Ante ello, el sacerdote intentó justificarse al afirmar que se trataban de "cariños paternales".
El denunciante comentó que hizo público este caso porque "la Iglesia, como institución, tiene responsabilidad en que Cristián haya tenido la oportunidad de expresar su 'cariño paternal' a otros jóvenes en los 80`s y los 90`s".