Percival Cowley destacó que el nuevo promotor de justicia ha actuado de forma rápida y clara.
Dijo que no recibió explicaciones de por qué el cardenal Errázuriz no lo quiso recibir para tratar el tema.
El ex capellán de la Moneda, Percival Cowley, alabó el trabajo que ha hecho el promotor de justicia Fermín Donoso respecto de la investigación de los abusos deshonestos que habría cometido el sacerdote Fernando Karadima, a diferencia de la labor de su antecesor, Eliseo Escudero.
En conversación con El Diario de Cooperativa, Cowley dijo tener la impresión que Donoso, "ha actuado en forma rápida, clara, como es él, y posiblemente el que estaba a cargo de esto se dejó llevar por algún tipo de desidia y no se apresuró como lo urgía el caso".
Cowley confirmó también que recibió el testimonio de James Hamilton sobre los abusos deshonestos que habría cometido Karadima contra él el año 2006 y que la reunión que él pidió para conversar del tema con el cardenal Francisco Javier Errázuriz nunca ocurrió.
"En presencia del doctor, yo llamé por teléfono a la casa del señor cardenal y hablé con el secretario del cardenal, y éste me preguntó cuál era el tema de la conversación que quería tener con el señor cardenal, y yo le comenté que la materia que se quería abordar era grave, urgente y por lo mismo, privada y directamente con el señor cardenal".
"Lo que pasó después, eso no lo conozco", dijo, porque la reunión pedida "no sucedió ni tampoco recibí yo ningún tipo de llamado en que se me explicara lo que ha aparecido", comentó.
A pesar de ello, el sacerdote dijo que no puede entrar a calificar las acciones de otros "menos si es mi pastor, por quien tengo un gran respeto", pero cree que "este caso se ha prolongado y se ha estirado en el tiempo, lo cual no ha sido bueno para nadie"-
El sacerdote también estimó que la acción del Papa ha sido fundamental en esto, ya que lo que la gente ha llamado "ocultamiento" cuando en realidad se estaba "tratando de preservar la dignidad de la persona hasta donde se pudiera" pero las consecuencias son realidades frente a las que se está reaccionando "lentamente".
"Tengo la esperanza que más allá del dolor de las víctimas, creo que ese dolor tiene que ser fecundo en el sentido de ayudarnos a cambiar las formas de la vida de la iglesia, ni democracia ni monarquía: comunión", finalizó.
