El Segundo Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago condenó a 15 años y un día de prisión a cuatro sujetos, todos miembros de una banda dedicada al robo de camiones, que el 4 de enero de 2016 secuestró a una mujer en la comuna de Huechuraba.
Los condenados son los hermanos Gabriel y Agustín Cortés, además de -los también hermanos- Cristián y Alejandro Rodríguez, quienes fueron declarados culpables del secuestro y de herir a bala a la víctima, luego de que su familia no lograra reunir el monto suficiente para pagar su rescate.
El vocero de la Fiscalía Centro Norte, Roberto Alarcón, destacó que "se trata de penas altas que se asignaron a cada uno de los imputados" y enfatizó que éste "fue un caso complejo y las imputaciones realizadas fueron por delitos de secuestro, robos con intimidación, asociación ilícita e infracción a la ley de armas".
La banda operaba en varios sectores de la región y se dedicaban al robo de camiones, donde cada uno tenía un rol específico al momento del asalto.
El fallo del tribunal acreditó que, más allá de toda duda razonable, en la tarde de ese 4 de enero, los cuatro condenados junto a otro sujeto secuestraron a la víctima "desde el frontis de su domicilio de la población La Pincoya, comuna de Huechuraba".
El documento del tribunal relata que "la subieron a un vehículo contra su voluntad y la trasladaron encapuchada hasta un inmueble indeterminado en que, junto a otros sujetos presentes en dicho lugar, la torturaron y amenazaron de muerte por algunas horas, exigiéndole a sus familiares, a través de su teléfono, una millonaria suma de dinero por su liberación".
"Al no obtener el pago –continúa el fallo–, cerca de las 23:00 horas, los secuestradores trasladaron a la víctima a una caseta ubicada en un sitio eriazo y solitario ubicado en camino La Botella s/n Pudahuel, lugar en que Agustín Cortés le disparó con un arma de fuego, hiriéndola en ambas piernas, abandonándola los sujetos en tal estado, con una herida potencialmente mortal".
La víctima, agrega el documento, "resultó con un grave daño producto de los hechos. En efecto sus lesiones, explicables por un proyectil de un arma de fuego de pronóstico médico legal grave, sanaron previo tratamiento quirúrgico especializado en 80 a 90 días, con igual tiempo de incapacidad, dejándole secuelas estéticas notoriamente visibles y permanentes. Tales lesiones habrían resultado mortales de no mediar los socorros médicos oportunos y eficaces. Además, resultó con un grave daño psicológico y emocional por el suceso descrito".