El militante republicano Luis Alejandro Silva Irarrázaval, de 45 años, consejero constitucional electo con el mayor número de votos (707 mil), aseguró que su intención no es "pasar máquina" en el órgano redactor, pero tampoco se siente obligado a buscar acuerdos con el sector derrotado.
"Es el gran problema de Chile Vamos hoy, (...) para ellos dialogar es llegar a acuerdo. Para mí, no. En democracia la regla de la mayoría está para resolver el desacuerdo. Si una de las partes dice 'tiene que suceder esto porque éstas son mis convicciones', si no estoy de acuerdo, respondo 'votemos', y ésa es la democracia", dijo Silva en una entrevista con El Diario Financiero.
A su juicio, en la coalición opositora de centroderecha "confunden la apertura de conversar con la necesidad de llegar a acuerdos para alcanzar la paz, cuando al frente tienen gente que no te deja entrar a la plaza".
Esta alusión se vincula con un episodio ocurrido hace algunos años, uno de los que motivaron su decisión de entrar a la política: estaba en el Campus Oriente de la Universidad Católica, en un acto en memoria de Jaime Guzmán, y "de repente aparece un grupo de personas del segundo piso con pancartas (diciendo) 'sacúdete en tu tumba', bajan la escalera y se toman la plaza. Nos escupen y nos echan de la plaza. A mí me marcó, porque es una manera visual de plantearse la política. Es decir, aquí hay un espacio que unos compadres lo ocupan con la violencia y te obligan a abandonarlo", explicó.
"Me sentía obligado a hacer algo. Se me hizo difícil aceptar que hubiese alguien como José Antonio (Kast) diciendo públicamente exactamente lo mismo que yo pienso y que sufriera amenazas de linchamiento. Que esos compadres, los que linchan, se tomen el espacio público, no lo puedo aceptar", declaró.
"NIÑO MALCRIADO"
Silva arremetió en la entrevista contra "una izquierda que es como un niño malcriado: o le das el dulce o va a seguir pataleando. (...) Tú sabes que eso no está bien, pero (ceder) te saca un problema de encima a veces. (...) Eso es lo que pasa en política", argumentó.
"No tengo ningún miedo al desacuerdo (...) Para eso están los votos. Y si no los tienen, ellos se tienen que ir de la plaza. Y si no, llamamos a la fuerza pública, porque para eso está, para hacer efectivo el derecho (...) Si no, terminas bailando la música de la izquierda", advirtió.
"Cuando nos hablan ahora de la necesidad de llegar a acuerdos... ¿por qué cresta, siendo mayoría, tenemos que llegar a acuerdos con la minoría? Que ellos se lo ganen, aquí es problema de ellos, no de nosotros. Yo no quiero pasar máquina, pero aquí la apertura al acuerdo es de quien está en minoría", planteó.
"En democracia las mayorías tienen una responsabilidad muy grande, que es no pasar por encima de las minorías, y las minorías tiene una responsabilidad muy grande, que es acatar las reglas que dicta la mayoría, aunque no te gusten. Y si cada vez que la mayoría toma una decisión que no te guste, tú saltas, no estás cumpliendo con tu parte del trato. La mayoría, obviamente, tiene que abstenerse de pasar la máquina. De hecho, la Constitución es para eso precisamente", continuó.
Tras el resultado del domingo 7, señaló el abogado, "el gran problema lo tiene el Gobierno, porque si ellos llaman a aprobar, van a firmar una Constitución de derecha. Si llaman a rechazar, se quedan con la que quisieron cambiar. Y lo que va a pasar es que, en cualquiera de los dos escenarios, cuando dejen de ser Gobierno, van a salir a la calle a pedir una nueva Constitución. Y si estamos los republicanos en el Gobierno, los voy a mandar a la mierda", prometió.
"UN MONTÓN DE REPUBLICANOS SON GAY"
Silva también dijo al Diario Financiero que no cree que los temas valóricos vayan a ser incorporados a la nueva Carta Magna: "Por tiempo, no van a alcanzar a entrar, pero serán comodines que van a usar la derecha y la izquierda para estigmatizar al otro".
En todo caso, "si meten el tema del aborto libre, me cierro en bloque", advirtió.
"Si realmente quieres meter esto, vai a hacer fracasar esta cuestión... ¿Quieres que esta Constitución fracase? Insiste con el aborto. Te la voy a hundir. Me da lo mismo. Yo no voy a firmar una Constitución que se sostiene sobre la legitimación de asesinar niños", remarcó.
Dicho asunto "no debiera estar, (...) la Constitución no es para eso. Así como yo soy católico, pero no se me confunden los planos y no pretendo imponerle mis convicciones religiosas a nadie a través de mi trabajo como consejero constitucional, tampoco seré ingenuo para permitir que se impongan visiones que me parezcan perjudiciales para Chile".
Silva -que es numerario del Opus Dei- afirmó además que no tiene "nada contra los gays".
De hecho, "en mi equipo hay varios gays. Tengo un montón -no sé si de amigos, pero- gente buena onda y un montón de republicanos que son gay. Que hagan lo que quieran, pero si quieren transformar (sus demandas) en políticas públicas, vamos a discutirlo políticamente, y si tienes más votos que yo, se toma la decisión que a ti te gusta. Y si yo tengo más votos que tú, se toma la decisión que yo creo que es correcta", desafió.
"Cuando me siento obligado a decir lo que pienso es cuando se trata de convertir (la agenda valórica) en políticas públicas. Por ejemplo, el matrimonio igualitario o el aborto", señaló, criticando a las "personas que dicen que se sienten violentadas por nuestras posturas".
"Cuando tú te abres a dialogar con un compadre que te dice 'me ofende lo que dices, me ofende lo que piensas', se acabó el diálogo... Viejo, yo no puedo llegar a acuerdos contigo, porque tengo que renunciar a lo que pienso para que tú no te sientas ofendido", disparó, alegando que "la izquierda juega mucho con el sentimiento de culpa para manipular, porque la culpa es una excelente herramienta de apoyo" y "en el momento que eres el ofendido, soy el ofensor".
"CON MI HERMANO NO HAY ACUERDO POSIBLE"
Lo descrito "me pasa con mi hermano: yo siempre estoy pensando en él cuando ilustro la diferencia entre dialogar y llegar a acuerdos. Con mi hermano hemos conversado mucho, los dos solos, y no hay acuerdo posible", explicó, a propósito de la funa pública del cineasta Sebastián Silva, quien lo calificó como "peligro nacional".
Contó que hace dos años cortaron toda relación y no se han visto para ninguna celebración familiar: "Con el tiempo fue agudizándose la significación de que yo fuera católico, de que fuera del Opus Dei, pero podíamos estar juntos, incluso era divertido. Y conocí a sus parejas, a Pedro Peirano, conversaba con ellos, no había problema en ello. Pero cuando me hice republicano, ahí saltaron los tapones", recordó.
"Él me pide renunciar (...) a una parte de la doctrina de la Iglesia. Ésa es la condición para llegar a un acuerdo. Yo no le pido nada, pero, lamentablemente, para él no hay verdad cuando yo le digo que lo quiero. Para él es incompatible eso con mis posturas", explicó.
"JAMÁS SERÍA CANDIDATO POR EL SECTOR ORIENTE"
Luis Silva señaló que, terminada su labor de constituyente, planea continuar otras dos décadas dedicado a la política.
"Voy a estar aquí los próximos 20 años. Ésa es mi definición: ya llevo dos, los estoy contando. Me encantaría ser alcalde de una comuna popular, del Distrito 13 por ejemplo.. que una señora se te acerque y de alguna manera vea en ti algo de esperanza, es fascinante. Eso a mí me energiza caleta. La política hoy en día tiene una componente comunicacional impresionante y yo sé que se me da. Entonces quiero ponerlo al servicio de lo que creo que son las mejores ideas para Chile", contó.
Al mismo tiempo, "no me interesa y jamás sería candidato por el sector oriente. Acá hay una zona de confort, y los problemas de los que hablan me dan tanta lata... Hicimos una encuesta cuando pensamos ir por el Distrito 10 para la parlamentaria, y hablaban de comida sana, cuidado de mascotas... son problemas de ricos".
"No quiero engañar al consumidor, es lo importante. Lo que atrae (a los votantes) también es eso: a la gente le gusta saber que están frente a un producto auténtico. Puede que no te guste mucho el sabor, pero nadie te dijo que es demasiado dulce", concluyó.