El abogado Patricio Zapata, presidente del Consejo de Observadores del Proceso Constituyente, sostuvo que "en Chile puedes ganar votos atacando la constitución" al comentar en El Primer Café el rol que ha jugado la oposición durante este período.
"Entiendo que tengamos con cierta frecuencia críticas políticas desde la oposición, yo siento que lo peor que uno podría hacer es reaccionar de manera alarmista, tiene derecho la oposición a hacer la crítica política hacia lo que considera errores", afirmó Zapata en Cooperativa.
El profesional enfatizó que "cada día que pasa más personas, que no son necesariamente de la Nueva Mayoría, incluidas personas de centroderecha, se van abriendo a la conveniencia de tener un proceso de conversación en distintos niveles: a nivel académico, pero también al nivel de la ciudadanía".
"El problema en Chile no es que tengamos un grupo, la Nueva Mayoría, que en forma maquiavélica usa esta bandera para ganar votos, el problema es que en Chile puedes ganar votos atacando la Constitución, y ¿por qué ocurre eso?, porque la Constitución no nos une, nos divide", planteó Zapata.
"Un cambio de Constitución no es una cosa liviana"
A juicio de Zapata, "un cambio de Constitución no es una cosa liviana, yo por lo menos no lo miro como una fiesta, yo le tomo el peso que tiene, los países no debieran hacer los cambios de Constitución a cada rato y debieran hacerlos con un sentido de seriedad".
"A los ciudadanos les duele sentir que inciden poco en lo que ocurre, que tienen pocas maneras de influir, porque los partidos políticos que debieran representarlos no están funcionando bien, porque el Congreso, que tiene una tarea muy bonita en representar, es débil, es anémico", remarcó.
"Se le falta el respeto al común de nuestros compatriotas cuando se piensa que salvo el pequeño grupito de las ocho manzanas, si tú empiezas a abrir los espacios, lo que va aflorar es una conducta tremendamente suicida porque la gente va a buscar lo que no le conviene", agregó.
Zapata concluyó que "va a ser mejor nuestro país cuando tengamos una derecha que esté abierta, porque los países necesitan los cambios y eso no es ser ingenuo ni iluso, es pensar a 30 ó 40 años en ser un país que no tenga los problemas de legitimidad que tenemos hoy, que son muy graves".