Un 87,7 por ciento de los habitantes más pobres de Santiago opina que en Chile hay corrupción y un 81,5 por ciento percibe que existe en el Gobierno, lo que significa subidas de 13 y 18 puntos respecto a 2014, según una encuesta que presentó este jueves la Universidad Católica Silva Henríquez.
El centro universitario, que empezó en 2003 a realizar estas encuestas anualmente, indicó que "la parte más pobre de la población es mucho más negativa" respecto a la percepción de la corrupción.
Además del Gobierno, el Congreso (76,7 por ciento) fue considerado una de las instituciones más corruptas, seguido de los partidos políticos (75,6 por ciento) y las empresas privadas (72,9 por ciento).
Entre las situaciones que los entrevistados calificaron de "corruptas" destacan "tener un conocido en la justicia que ayude en los fallos" (79,9 por ciento), "usar bienes fiscales para fines personales" (76 por ciento) o "que una empresa abuse de los consumidores" (67,9 por ciento), aseveración que aumentó 29 puntos en comparación con 2014.
El académico Manuel Yáñez, encargado de la investigación, sostuvo que "la gente tiene expectativas bastante relevantes en torno a que medidas debiesen adoptarse para reducir la corrupción, como el hecho que hayan leyes más drásticas, como que las leyes finalmente se apliquen, como que necesitamos un sistema judicial más eficiente".
"Sin embargo, esta normativa y esta forma de actuar depende directamente de las instituciones en las que ellos perciben los mayores índices de corrupción, lo cual hace obviamente que ellos vean pocas expectativas, sean bastante excépticos respecto de que finalmente se logre modificar de manera profunda esta percepción", precisó.
Al preguntar a los encuestados quién o quiénes son los responsables de que exista la corrupción, un 64,9 por ciento apuntó al Estado, lo que "ha sido una constante a lo largo del estudio".
Causas de la corrupción
En cuanto a las causas de la corrupción, los encuestados se inclinaron por "ambiciones personales" (52,5 por ciento), "falta de valores" (46,1 por ciento) y "un sistema judicial no eficiente" (40,2 por ciento).
Benito Baranda, presidente ejecutivo de América Solidaria, indicó que "Chile es un país corrupto, lo dije en la comisión (Engel), lo he dicho públicamente y que hemos ocultado esa corrupción diciendo que no somos corruptos, y si en todos los espacios hemos encontrado hechos de corrupción la percepción que tiene la ciudadanía es la correcta".
"En el fondo lo que ha ocurrido es que se ha dado a la luz un aspecto de la existencia de nosotros los chilenos que es vergonzosa", añadió.
Las principales consecuencias de la corrupción son para los encuestados "desconfianza en las instituciones" (58,9 por ciento), "pérdida de credibilidad en los políticos" (43,3 por ciento) y "más pobreza" (37,9 por ciento).
Stefan Larenas, presidente de la Organización de Consumidores y Usuarios (Odecu), indicó que "si yo voy a una comisión como la de Consumidores, siempre me van a quedar dudas sobre quien está adelante hoy día, como han sido financiados los parlamentarios".
"Esas situaciones son las que son más sensibles. Son ellos, los legisladores, los encargados de legislar contra la corrupción. Por lo tanto se transforma en un círculo vicioso y eso es tal vez el gran desafío para la clase política", recalcó.
Esta encuesta se realizó de manera presencial a 409 personas de los sectores más pobres de Santiago, con un ingreso no superior a 201.091 pesos por cabeza, entre los días 31 de octubre y 5 de diciembre pasados, con un margen de error del 4,1 por ciento.