La Presidenta Michelle Bachelet reconoció, entrevistada por la BBC, que su programa de Gobierno "tal vez" fue demasiado ambicioso, pero defendió -al mismo tiempo- el sentido de las reformas impulsadas por su administración.
Requerida por el medio británico por "un ejercicio de autocrítica de su mandato", Bachelet respondió: "Tal vez hemos sido muy ambiciosos para hacer reformas tan profundas y grandes en tan solo cuatro años y, por tanto, no siempre hemos tenido la posibilidad de ir mostrando los éxitos y beneficios que estas reformas tienen, y no siempre fui bien comprendida".
La Jefa de Estado agregó, a renglón seguido: "Pero soy una convencida (...) de que en la medida en que se vayan mostrando frutos la gente va a ir percibiendo lo bueno que es, por ejemplo, haber terminado con la segregación del sistema escolar; lo bueno que va a ser cuando muchos más jóvenes puedan estudiar gratis en la educación superior, cuando se perciban los beneficios del fin al lucro en las escuelas privadas subvencionadas por el Estado".
"Creo que todavía tenemos ciertas reminiscencias de la época del neoliberalismo económico, cuando se indujo a la gente a pensar que lo único importante era el esfuerzo personal y que el Estado tenía que ser pequeño. Y la verdad es que las personas se volvieron un poco individualistas, por lo que se ha hecho difícil que se acepte el fin de la segregación escolar", apuntó.
"Propaganda en contra"
En medio del debate instalado respecto del "legado" de su administración, la Mandataria atribuyó su nivel de popularidad actual -bajo, en comparación con su primer Gobierno- a "una mezcla de situaciones", e insistió en que "no siempre hemos podido comunicar bien el sentido de las cosas".
"Además, cuando uno hace una transformación siempre hay conflictos de interés. Algunas personas que se sintieron amenazadas por estos cambios iniciaron una fuerte campaña de propaganda en contra de muchas de las reformas que estábamos llevando adelante, y eso hizo que la gente se atemorizara y sintiera inseguridad. También tuvimos una oposición que no dio luna de miel desde el primer día, pero es parte de la vida. Como dice la gente: no hay que llorar en política", reflexionó.
Más allá de todo esto, "espero que todos estos cambios vayan dando fruto porque Chile los necesitaba. Lo importante no son mis niveles de aprobación, sino que al país le vaya mejor para todos", afirmó.
"Piñera ha dicho que quiere cambiar lo que hemos hecho, pero el Parlamento no lo va a aprobar, estoy segura", dijo Bachelet, preocupada de cuidar su "legado". (Foto: ATON)
"Por supuesto que (Caval) afectó mi imagen"
Bachelet no quiso referirse en profundidad al caso Caval, puesto que "está bajo investigación", pero señaló que en este asunto también "hubo mucha desinformación".
"Cuando ya no sea Presidenta voy a hablar del tema, porque entonces va a estar terminado y se va a saber la verdad, (...) pero por supuesto que afectó mi imagen, porque hubo mucha desinformación. (...) Por supuesto, me afectó".
La Presidenta también comentó que "puede haber una amenaza" de retroceso de sus reformas si gana Sebastián Piñera, pero -tal como lo hizo en su entrevista del domingo con La Tercera- recordó que "una ley sólo puede ser cambiada por otra ley"
"Él (Piñera) ha dicho que quiere cambiar lo que hemos hecho, pero el Parlamento no lo va a aprobar, estoy segura (...) Creo que quienes resulten electos representarán mejor lo que piensa la ciudadanía. Por ejemplo, pienso que la mayoría de la gente está a favor de las tres causales (de la ley de aborto) y él ha dicho que la va a cambiar, pero el Parlamento la va a respaldar", sostuvo.
"No soy débil"
Bachelet reflexionó también en la entrevista con la BBC sobre el rol que ha jugado en materia de equidad de género tanto como Presidenta y como ex directora de ONU Mujer, y dijo que aún sigue percibiendo la diferencia de trato en comparación con los hombres.
"Cada uno tiene su personalidad y en mi caso, como no insulto ni hablo duro, creen que es debilidad. No lo es, no soy débil. Uno puede ser amable y firme la vez, y ser dura en las ocasiones en que toque serlo. Se hacen diferencias sexistas en cómo se percibe a hombres y mujeres en posición de liderazgo", advirtió.
"A las mujeres las analizan y discuten con cuestiones que no son importantes (...) Si yo tengo el aspecto físico que tengo soy considerada 'grande', y lo digo así para no sonar feo. Cuando era ministra, un colega mío que también era 'grande' lo llamaban en realidad el 'Pánzer', sinónimo de poder. Y como Presidenta también lo he vivido. Las evaluaciones y las críticas son, en el tono y la forma, distintas que las que aplican a un hombre", remató.