"Este ya no es el Chile que era el modelo de crecimiento económico de Latinoamérica, creciendo de manera fija a un ritmo de 5 por ciento".
The Economist destaca así, en un artículo titulado "Control de daños en Chile", la caída de la economía chilena, con cifras de crecimiento y reducción cada vez menores, ante el escenario internacional y los efectos que esto ha tenido en el programa de la Presidenta Michelle Bachelet, que el semanario recalca como "uno de los programas más de izquierda desde 1970, dirigido a reducir la desigualdad".
"Al igual que el resto de América del Sur, Chile se ha visto muy afectada por el final del auge de los commodities. Pero también ha ido más lejos que la mayoría de sus vecinos para adaptarse a un mundo más duro", expresa la publicación británica.
La revista detalla que el fin de Chile como el ejemplo económico se debe, según partidarios de la Presidenta, es culpa del "mundo exterior - como los efectos en la baja del precio del cobre- mientras que "los críticos del Gobierno apuntan a la incertidumbre causada por el programa de reformas radicales de Bachelet, el que, según dicen, está destruyendo el 'modelo' chileno y el incentivo para invertir".
"Hasta ahora la explicación del Gobierno es más plausible: las tasas de crecimiento en el mercado libre de Perú se han reducido a la mitad también. Pero cuanto más tiempo la desaceleración dura, más fuerte es el argumento de la oposición. Chile se enfrenta a un riesgo real de perder su camino, y de que la historia pueda atribuir la mayor parte de la culpa a Bachelet", manifiesta el medio.
La revista analiza además las cosas que sacaron a la Mandataria "de su curso" para cumplir con el programa: "La primera fue la desaceleración económica. La segunda fue el escándalo, al que fue muy lenta para reaccionar, en que su hijo pareció usar su influencia para obtener un préstamo de 10 millones de dólares para un negocio. El rating de aprobación de la presidenta ha caído en picada a cerca de un 25 por ciento. Y las reformas son impopulares".
El semanario británico destacó el caso Caval y la desaceleración económica como cosas que han sacado de su "curso" a la Presidenta. (Foto: The Economist)
Sin embargo, manifesta The Economist, la Presidenta ha tomado acciones para enfrentar ciertas situaciones, como poner a Rodrigo Valdés como ministro de Hacienda, "un moderado que es respetado por el empresariado" y que dijo que buscará "simplificar la reforma tributaria".
El realismo sin renuncia y la nueva Constitución
El artículo critica además el "realismo sin renuncia" que la jefa de Estado y los miembros de su Gobierno han anunciado. "La frase es preocupantemente contradictoria", expresa el medio.
The Economist aborda también el proceso constituyente anunciado por Bachelet y recalca que, si bien hay un gran número de personas a favor de una nueva Constitución, no es un asunto que "les importe profundamente".
"Al menos su plan respeta las instituciones existentes. Pero no hará nada para tranquilizar a los inversionistas", fustiga el semanario.
"Los clanes empresariales de Chile se equivocan al oponerse a todo cambio", enfatiza el medio. Esto porque "para seguir creciendo el país necesita una mejor educación, mejores servicios públicos, mercados más competitivos, más meritocracia y menos privilegios".
Finalmente, The Economist señala que las críticas más duras a su programa de Gobierno ha venido desde su lado, con gente que le señala que a los chilenos le importa más la "falta de oportunidad e igualdad social" para compartir este "modelo" que abolirlo como la Presidenta ha coqueteado hacer.