La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, visitó este sábado la ciudad japonesa de Nagasaki, donde rindió homenaje a las víctimas del bombardeo atómico al término de la II Guerra Mundial y abogó por "un mundo libre de armas nucleares".
En su último viaje oficial al exterior antes de concluir su mandato el próximo 11 de marzo, la Jefa de Estado se desplazó a esta localidad del sudoeste del país asiático para visitar el Museo de la Bomba Atómica, la zona del hipocentro de la explosión nuclear, y depositar una ofrenda floral en la Estatua de la Paz, dedicada a las decenas de miles de víctimas del ataque nuclear ejecutado en 1945.
En un discurso tras su ofrenda, la mandataria chilena recordó una cita del premio Nobel de literatura japonés Kenzaburo Oé, quien definió los ataques atómicos como "la herida más profunda de la Humanidad".
Chile "aboga por un mundo libre de armas nucleares", destacó la presidenta, quien en este sentido expresó también su rechazo por "los ensayos atómicos de Corea del Norte".
La mandataria visitó asimismo la escuela primaria de Shiroyama, ubicada a 500 metros del hipocentro de la devastadora explosión, un edificio que quedó en ruinas y donde murieron 139 profesores y alumnos.
A continuación, participó en un almuerzo ofrecido por el gobernador de la prefectura de Nagasaki, Hodo Nakamura, y por el alcalde de la ciudad, Tomihisa Taue, antes de tomar un vuelo de vuelta a la capital nipona.
La agenda oficial de la Presidenta continuará el lunes, cuando asistirá a una audiencia con el emperador Akihito y se reunirá con la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, el último acto previsto antes de retornar a Santiago.
La Mandataria ha viajado acompañada por el canciller, Heraldo Muñoz, y el ministro de Deportes, Pablo Squella, además de parlamentarios y representantes del mundo académico y empresarial.