El Instituto de Derechos Humanos (INDH) de Arica y la Defensoría Regional realizaron una visita inspectiva en el centro penitenciario de Acha para constatar en terreno las condiciones en las que habita la población penal.
El principal problema encontrado fue el escaso acceso al agua potable. Según explicó el jefe regional del INDH, David Bahamondes, esta es entregada en horarios específicos, obligando a los internos a utilizar bidones para su almacenamiento.
"Ésta es proporcionada sólo tres veces en el día, durante media hora. Durante esos reducidos espacios de tiempo, los internos procuran almacenar el agua que pueden, en bidones que ellos mismos se han conseguido. Esto claramente vulnera sus derechos humanos", explicó.
En la oportunidad, se les consultó a los internos del módulo de alta seguridad sobre qué aspectos requerían atención especial en el corto plazo, siendo destacadas la alimentación y el acceso a la salud, este último debido a que la enfermería no da abasto para la población total, según indicaron desde el organismo.
"Frente a las críticas a nivel nacional sobre las malas condiciones dentro de los recintos penitenciarios, surgió la necesidad de la Defensoría y el INDH de visitar y verificar las reales condiciones en las que están viviendo cientos de personas que están privadas de libertad, pero no de sus demás derechos. Nos percatamos que existen un sinnúmero de necesidades que debemos mitigar a la brevedad", explicó el jefe de Estudios de la Defensoría de Arica y Parinacota, Sergio Zenteno.
La cárcel de Acha cuenta con una población de 1.964 internos, divididos entre condenados e imputados. Del total, 1.732 son hombres mientras que las mujeres corresponden a 232.