El Presidente Gabriel Boric se reunió con ejecutivos de la minera Alcaparrosa para recibir antecedentes sobre el misterioso socavón de 64 metros de profundidad que apareció en Tierra Amarilla, durante su paso por la Región de Atacama este jueves.
Según señaló la compañía a través de un comunicado, sus equipos técnicos y representantes informaron al Mandatario sobre el estado del cráter y grietas cercanas que han aparecido desde principios de agosto en terrenos de la faena mineral.
"La visita del Presidente Boric también entrega tranquilidad a la comunidad. En la medida que, en conjunto con la autoridad técnica, podamos seguir progresando con los estudios, esto nos va a permitir, en un futuro cercano, entender los fundamentos y las causas por las cuales se generan este tipo de episodios", señaló el presidente de la compañía, Luis Sánchez.
"Tuvimos la oportunidad de darle a conocer los datos que han arrojado nuestros análisis, por ejemplo, que las dimensiones se han mantenido prácticamente estables desde que se inició el socavón", apuntó el ejecutivo de la empresa.
"La actividad minera por sí sola no explicaría la formación del socavón. A nuestro juicio, este fenómeno claramente obedece a múltiples factores y para poder dilucidar el origen, es necesario analizarlos en su conjunto (...) estos factores se relacionan con la calidad y tipo de subsuelo, el que tiene ciertas particularidades al estar cercano al río; y hechos naturales, como los aluviones de 2015 y 2017 y las lluvias anormales de julio pasado", agregó.
El repentino fenómeno, registrado durante la primera semana de agosto, obligó a la cuprífera Candelaria a interrumpir sus operaciones.
El Sernageomin inició una investigación oficial, y anunció hace unos días que levantará cargos en contra de la Compañía Contractual Minera Ojos del Salado, y a la vez, la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) le ordenó seis medidas "urgentes y transitorias".
No es el primer hecho de esta naturaleza en Tierra Amarilla: en noviembre de 2013 apareció un cráter de 20 metros de largo y 30 de ancho con una profundidad de 30 metros a causa del colapso de un caserón situado a 450 metros de la superficie, por lo que se le exigió a la empresa Pucobre cerrarlo de forma inmediata, por su cercanía a una zona habitada.