En fallo dividido el Primer Tribunal Ambiental acogió la reclamación de los municipios de Caldera y Copiapó contra el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) por la calificación favorable del proyecto termoeléctrico Andes LNG.
El proyecto pretende instalarse en Bahía Chascos cerca de donde se intentó construir la termoeléctrica Castilla y tiene como finalidad generar energía usando gas natural licuado para abastecer al Sistema Interconectado Central.
El tribunal admitió los tres puntos planteados por los municipios en torno a la evaluación ambiental del proyecto y estimó que es "pertinente y procedente" que el SEA revise la impugnación a la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) emitida.
El fallo establece que las municipalidades reclamantes están afectadas en sus derechos por lo que se estipula que pueden presentar observaciones al proyecto.
"Las municipalidades de Caldera y Copiapó tienen, por mandato constitucional, roles, funciones y atribuciones de carácter ambiental, planificación territorial y planificación del desarrollo en el ámbito de su territorio, por lo cual se invisten de un interés legítimo para reclamar", aseguró el ministro redactor del fallo, Marcelo Hernández.
Otro de los aspectos que establece la sentencia tiene que ver con la revisión de temas de fondo y la impugnación que solicitan los municipios de la RCA, por las observaciones e incompatibilidades que advierten en la puesta en marcha del proyecto.
"Se evidencia que hay elementos técnicos ambientales ligados al gasoducto que necesariamente deberían ser revisados por el Servicio de Evaluación Ambiental", aclaró el ministro Hernández
El magistrdo hizo hincapié en que el procedimiento de evaluación ambiental debe considerar la compatibilidad del proyecto con el territorio, con la evaluación ambiental estratégica y con los planes de desarrollo.
Lugar de potencial turístico
Este proyecto ingresó al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental mediante un Estudio de Impacto Ambiental que fue calificado favorablemente en junio de 2019.
Incluye la construcción de un terminal flotante, un gasoducto de 90 kilómetros de longitud y una central que se compone de un conjunto de 30 motores.
La principal preocupación de ambos municipios se debe al potencial turístico que posee el sector costero, donde se detectó la presencia de una colonia de tortugas verdes que se alimentan del pasto marino que allí crece.