La Conferencia Episcopal llamó a evitar estigmatizaciones y la militarización de la Región de la Araucanía, en el marco de la situación que se vive en esa zona del país tras la muerte del matrimonio Luchsinger–MacKay, el pasado viernes luego de un ataque incendiario.
En una declaración pública, los obispos también pidieron al Gobierno consecuencia para criticar toda la violencia, como también la injusticia que está en la raíz de este histórico conflicto.
"Las dos nuevas víctimas que arrebata la violencia vienen a aumentar un fatídico saldo de muerte en los últimos años. La Araucanía no merece más muerte ni atropellos. En nada ayuda estigmatizar a grupos humanos ni militarizar la región. Es necesario avanzar hacia pasos concretos para erradicar la violencia con profundo respeto a la vida humana y la dignidad de las personas, sus comunidades y con pleno reconocimiento a su propia cultura", señala la declaración.
"La situación que vivimos en la Araucanía nos causa honda preocupación. Nos conmueve la tragedia que impacta el comienzo de este nuevo año, y también nos inquieta la prolongada situación de los pueblos originarios cuyas justas demandas exigen reparar siglos de marginación e injusticia", añade el comunicado de la Iglesia Católica.
Además, los obispos comprometieron su colaboración para participar de las posibles soluciones de este conflicto.
"Confiamos en que las autoridades, los dirigentes de la sociedad y representantes de las comunidades sabrán encauzar estos anhelos, acogiendo los aportes de todos, actuando con ponderación y cordura, ayudando a las mejores decisiones y privilegiando siempre el respeto y el diálogo como vía de resolución de conflictos. De parte nuestra, comprometemos nuestra colaboración en este propósito", concluye el texto.