El hijo mayor del matrimonio Luchsinger Mackay, Jorge Luchsinger, criticó el apoyo recibido por la machi Francisca Linconao, acusada por el crimen de la pareja, y que la semana pasada pasó de prisión preventiva a arresto domiciliario total tras la decisión de la Corte de Apelaciones de Temuco.
Luchsinger cuestionó el respaldo del mundo político a la machi y añadió que el pueblo mapuche es utilizado por "los más pensantes".
"Lo que más daño ha causado a la tranquilidad de la región es este tipo de personas más pensantes que utilizan a un pueblo que tiene necesidades para su propio beneficio", dijo Luchsinger a La Segunda.
"Basta ver con las declaraciones del pasado fin de semana. El Partido Comunista fue a La Moneda a exigir la liberación de una de las imputadas, sin ningún argumento, sólo con una visión política. Otro es el alcalde de Valparaíso. Ninguno de ellos tiene los antecedentes para hacerse una opinión informada", añadió.
Asimismo, Luchsinger acusó presiones políticas para que se lograra la libertad de la machi: "Hace un tiempo, Francisca Linconao pidió asistir a una ceremonia mapuche y no nos opusimos. Luego, por razones de salud, pidió traslado al hospital y a pesar de que la defensa no presentó pruebas, tampoco nos opusimos. Pero esa tolerancia llega a un momento cuando el intendente empieza a hacerle visitas... Entonces todo se transformó en un tema político".
"Y el Gobierno, para evitar un mal mayor -porque si a ella le sucedía algo podía haber represalias de grupos exaltados-, empieza a ceder. Eso, más el abogado del Gobierno que se cambia de bando, son cosas que no tenemos por qué aceptar", manifestó el ingeniero.
Además, consideró que la verdad sobre el crimen de sus padres está cerca.
"Pensamos que nos acercamos bastante a la verdad con la confesión de José Peralino (imputado que colaboró con la Fiscalía). No somos peritos, pero nos formamos una convicción de que ese relato es cierto", sostuvo.
Peralino declaró que horas previas al ataque se reunió con un grupo de personas en la casa de la machi Linconao y desde allí se planificó el incendio que terminó con la vida de los Luchsinger Mackay, no obstante el propio Peralino se desdijo de su versión y aseguró que fue presionado y amenazado por funcionarios de la PDI para acusar a los otros imputados.