Viajar desde Punta Arenas al Glaciar Unión es lo mismo que desde Punta Arenas a Taltal. Así resumía el general Manuel Sainz el itinerario que a partir de la medianoche del sábado cumplirían 2 aviones C-130 Hércules desde la base Chabunco de la FACh.
Y es que bajo el comando del oficial, jefe de la IV Zona Aérea con asiento en Punta Arenas, se realizó el traslado de la delegación que llegó hasta el Círculo Polar Antártico para visitar y saludar a los 45 hombres y mujeres, científicos y militares, que ocupan la base, la más austral que mantiene Chile en la zona.
Los C-130 vuelan en 6 horas los 3.072 kilómetros que separan a la ciudad austral de la pista de hielo donde se aterriza. Desde ahí, los 9 kilómetros que restan hasta la Estación Polar Científica Conjunta Glaciar Unión se cubren a bordo de los ya legendarios aviones Twin Otter.
La Estación Polar Científica Conjunta Glaciar Unión. (Foto: Cooperativa.cl)
Es que soberanía y ciencia se conjugan casi 5.200 kilómetros al sur de Santiago, donde el Instituto Antártico Chileno (Inach), el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea disponen personal para durante poco más de 1 mes al año facilitar el trabajo de diversos investigadores y reforzar la presencia nacional el territorio reclamado por decenas de países.
Hombres y mujeres especiales
Habitar la estación polar no es tarea fácil, a la nieve y la temperatura media en torno a los -20 grados se suman estrictos protocolos de comunicaciones -un contacto semanal con familiares por radio, de unos minutos-, alimentación medida para no agotar las reservas y otras restricciones en aspectos tan domésticos para cualquier persona que vive en una ciudad, como las duchas o la disposición de residuos orgánicos.
Así, los hombres y mujeres que están desplegados en el Glaciar Unión tienen como característica común un temple diferente, distinto. Unos por su especializada formación militar, otros por la posibilidad de realizar ciencia de avanzada en un ambiente inigualable en un laboratorio.
Y aunque de mundos distintos, en plena Antártica las destrezas de cada grupo se complementan, porque los uniformados son los encargados de guiar o transportar a los científicos en el entorno de la base.
Desde el 17 de noviembre, diversas operaciones terrestres y aéreas han llevado a los científicos en búsqueda de muestras de sedimentos o hielo, recolección de líquenes y mediciones de radiación ultravioleta.
Equipos de montaña del Ejército son los encargados de las rutas terrestres, dentro de un radio de 16 kilómetros; mientras que los Twin Otter de la Fach vuelan para trabajos en zonas más lejanas, dentro de un radio de 160 kilómetros.
El equipo del Inach en la base, junto al ministro Gómez. (Foto: Cooperativa.cl)
Soberanía en terreno
¿Qué hace Chile en la Antártica? ¿Por qué desarrolla operaciones de tan alta complejidad?.
Para el ministro de Defensa, José Antonio Gómez, la respuesta es simple y apunta al futuro de la nación, tanto territorial como científicamente.
"La presencia de Chile en este espacio es vital, es un lugar a donde vienen y están interesados muchos países del mundo, y nosotros lo tenemos cerca", asegura.
El titular de Defensa agrega: "Tenemos nuestra gente, que está trabajando en este sector, que tiene situaciones climáticas extremas, sin embargo apoyamos a los científicos que vienen acá, tenemos una base instalada, con una cantidad importante de material y creemos que esto es lo que hay que mostrarle a Chile, lo que se hace en soberanía".
De hecho, es tal la importancia que las Fuerzas Armadas le asignan a su operación antártica que junto a Gómez llegaron al glaciar los 3 comandantes en jefe: Humberto Oviedo (Ejército), Enrique Larrañaga (Armada) y Jorge Robles (FACh), además del jefe del Estado Mayor Conjunto, vicealmirante José Miguel Romero.
El ministro de Defensa y los generales junto a la dotación de la base.