Nuevos testimonios surgieron tras el primer caso de apuñalamiento en la Antártica, que tuvo como protagonistas a dos científicos de la base rusa.
Cooperativa tomó contacto con el comandante Sergio Cubillos de la Base Eduardo Frei, quien vivió de cerca la situación que se produjo el 9 de octubre.
“Recibimos la solicitud de apoyo y acudimos con la doctora de nuestra unidad. Ella pudo apreciar a un paciente que se encontraba grave producto de una lesión cortopunzante que pasó cinco milímetros de su corazón”, explicó.
El uniformado agregó que una vez que el extranjero fue estabilizado, se concretó su traslado en avión hasta Punta Arenas.
“En los dos años que estoy acá, no tengo antecedentes que algo similar haya ocurrido, pero no puedo asegurarlo porque probablemente han existido situaciones menores que no han salido a la luz pública”, puntualizó.
Cubillos manifestó que si bien desconoce detalles del ataque, tiene entendido que los extranjeros formaron parte de dotaciones en periodos anteriores y producto de eso podría haber existido algún tipo de rencillas latentes. Cubillos no se hizo cargo de la versión del diario inglés The Sun, que indicó que el ataque se debió a que uno de los rusos le anticipaba al otro, los finales de los libros que leía.
En el Hospital Clìnico de Magallanes, Beloguzov fue intervenido por el cirujano cardiovascular José Ignacio Iñíguez, quien entregó detalles del estado en el cual llegó la víctima.
“Su condición era delicada. Estaba muy anémico y con la presión baja. Se le hicieron exámenes de imagenología y se decidió explorarlo en pabellón, en donde se le encontró que tenía comprometido el ventrículo derecho, en muchas ocasiones letal, pero afortunadamente no fue así y resistió”, enfatizó.
El profesional agregó que el hombre estuvo tres unos días en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), conectado a ventilación mecánica, con un shock hipovolemico, por lo que requirió muchas transfusiones de sangre.
“Imagínate, despertar en un sitio desconocido la confusión que le generó. Afortunadamente, contamos con una colega que habla su idioma y que tuvo la labor de interprete”, expresó.
Tras ser dado de alta el 25 de octubre, Belogunozov viajó a su país, donde Savitsky reconoció el ataque, pero aseguró que no quería matarlo. Pese a ello, el agresor ahora enfrenta a la justicia de su país.