La Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) canceló el estado de alerta amarilla en la región de Ñuble, tras cinco días de incendios forestales que consumieron 1.100 hectáreas en seis comunas del territorio.
La decisión fue adoptada a partir de información proporcionada por la Corporación Nacional Forestal (CONAF) donde se indica que "los principales incendios forestales que se registraron los últimos días en la región se encuentran controlados o en faenas de liquidación para su extinción".
El siniestro más grande se registró en el sector de Colliguay, en Chillán, con 790 hectáreas consumidas de combustible vegetal, ocupando una importante cantidad de recursos en el combate al fuego, lo que permitió evitar la afectación de viviendas y estructuras críticas.
Otros focos importantes se registraron en San Ignacio y Ñiquén, con 161 y 90 hectáreas quemadas respectivamente. En el caso del segundo, hubo dos viviendas vacacionales y un galpón consumidas por las llamas.
Otro siniestro relevante se generó en Pinto, donde si bien no pasó de 16 hectáreas consumidas, resultaron quemadas dos viviendas, una sede y tres vehículos; tras lo cual se detuvo a un agricultor, acusado como presunto responsable no intencional del incendio.
Los últimos siniestros se registraron en Quillón y San Carlos, siendo rápidamente controlados y extinguidos este lunes, motivo por el cual se canceló la alerta amarilla regional, para volver a la condición de alerta temprana preventiva para jornadas que se mantendrán con altas temperaturas al menos hasta el próximo miércoles.