El establecimiento Crucero G-635 no abrirá sus puertas pese a haber sido reconstruida tras los incendios forestales.
La razón es el escaso número de matriculados.
La decisión ya fue anunciada a los concejales en el Consejo Municipal.
A pesar de que se encuentra reconstruida luego de los incendios forestales del verano de 2017, la única escuela de Huaro, localidad ubicada a la altura del kilómetro 48 de la Ruta del Itata en la comuna de Florida, Región del Biobío, no recibirá a estudiantes en 2018.
Se trata de la escuela básica Crucero G-635 -catastrado como una de las cuatro escuelas rurales de la región que sufrieron pérdida total a causa de los siniestros y reconstruída gracias a una donación de Frontel- que, por segundo año consecutivo, no abrirá sus puertas por determinación de las autoridades locales.
En el momento en que resultó consumida por las llamas, la escuela tenía una matricula de seis alumnos: cuatro mujeres y dos hombres. Sin embargo, para el año escolar de 2018 sólo llegaron dos menores a matricularse, no cumpliéndose con el ítem de socialización: el requisito de poder compartir con más personas en un establecimiento educacional.
La presidenta del centro de padres y única apoderada del recinto, Nancy Campos, lamentó que su hijo no tenga la posibilidad de ir caminando a su colegio: "Tengo rabia, tengo impotencia, porque el año pasado nos tomaron el pelo y este año me están diciendo lo mismo".
"No sé adonde mandarlo, porque la escuela supuestamente ya se cerró, y si lo mando a (San Sebastián de) Manco (localidad a unos cinco kilómetros de distancia), donde yo quiero mandarlo, no tengo locomoción otra vez", manifestó.
Por lo tanto, cuestionó la madre, "es obligatorio que lo tenga que mandar a Rahuín (también a cinco kilómetros de distancia, pero sin locomoción). Imagine a qué hora tendrá que levantarse (el niño) en la mañana y (quizás) llegará a qué hora en la tarde".
La decisión ya fue anunciada a los concejales en el Concejo Municipal, aunque no ha sido comunicada oficialmente a la Seremi de Educación.
Arturo Hernández, quien era el único docente y director de la escuela, expresó que es "un tema grave perder un sector, perder su escuela, niños que viven cerca ahora van a tener que viajar a lugares más lejanos".
"La escuela se reconstruyó durante el año pasado y estaba lista para funcionar, se reconstruyó totalmente con las exigencias que pidieron del Ministerio. Estaba esperanzado, los apoderados pensaban siempre que la escuela iba a seguir funcionando. Se pierde un sector de Chile que no va a tener una escuelita", manifestó.
