El Gobierno sueco se abrió este viernes a la posibilidad de repatriar a los niños huérfanos de yihadistas de ese país que se encuentran en Siria, un tema que ha cobrado actualidad estos días en el país nórdico por el caso de un abuelo chileno.
Patricio Gálvez, un chileno residente en Suecia, viajó a Siria para intentar rescatar a sus siete nietos, cuyo padre era un conocido yihadista noruego-sueco, los que se encuentran en el campamento de refugiados de Al Hol (noreste), bajo control kurdo.
La ministra de Exteriores sueca, Margot Wallström, aseguró en un comunicado que el Ejecutivo trabaja de forma "intensa" para que los huérfanos de yihadistas "reciban la ayuda que necesitan"
"No debe quedar ninguna duda de que el Gobierno hace todo lo posible por esos niños y, si es posible, serán traídos a Suecia. Cada caso debe ser tratado de forma individual", señaló la ministra, aludiendo a la dificultad de identificar a todos los suecos entre "unas 76.000 personas" de varios países.
"La situación en el campamento es difícil y por ello es muy importante que se intensifique la labor humanitaria para que lleguen comida y medicinas. Estamos en contacto con los otros países nórdicos para actuar de forma coordinada", explicó Wallström.
El Gobierno de Chile también mostró su disposición en las últimas horas para hacer todo lo necesario para ayudar en el caso del abuelo chileno: "Les hemos señalado (a Suecia) que el tema para nosotros es relevante, es un tema humanitario, un tema urgente", declaró el director general consular de la Cancillería chilena, Raúl Sanhueza.
Decenas de huérfanos de yihadistas suecos
El caso de Gálvez ha estado en el centro de atención mediática en Suecia la última semana, y organizaciones como Save the Children han pedido que se repatrie a los huérfanos de los yihadistas suecos, que según cálculos de la televisión pública SVT serían hasta ochenta niños.
"Fue maravilloso comprobar que están vivos, pero al mismo tiempo muy angustioso verlos a todos desnutridos y enfermos. Los kurdos no tienen recursos para ayudarlos", aseguraba hace unos días Gálvez a Efe en una conversación a través de mensajes de texto de teléfono, reclamando la intervención del Gobierno sueco porque se trata de un caso de "acción humanitaria".
Su hija, fallecida hace unos meses en un bombardeo, estaba casada con Michael Skråmo, un noruego criado en Gotemburgo (oeste de Suecia) y convertido como ella al islam.
El matrimonio viajó con sus cuatro hijos -tuvieron otros tres más tarde- de vacaciones en 2014 a Turquía, de donde pasaron a Siria y se instalaron en el "califato" creado por el grupo terrorista Estado Islámico (EI).
Skråmo se hizo conocido por los vídeos en los que invitaba a otros suecos a unirse al EI y a cometer atentados en Suecia, país que forma parte de la coalición internacional que lucha contra ese grupo yihadista. Según confirmó la familia, Skråmo murió a mediados de marzo en el ataque a Al Baguz, el último bastión del EI.