Las autoridades de salud han manifestado su preocupación por la falta de regulación en la venta de huevos de las denominadas "gallinas felices", ante el aumento de los casos de salmonella en el país.
Según publicó La Tercera, en el último mes se registraron 53 casos de intoxicaciones por salmonella, la mitad de ellas derivadas del consumo de huevos crudos.
La seremi de Salud Metropolitana, Rosa Oyarce, confirmó que el aumento de los casos se debe a que "hay cada vez más consumo de alimentos en la calle, productos sin regulación ni resolución sanitaria y que, además, están expuestos al sol".
"En el caso de las gallinas de criadero, estas son vigiladas por el Servicio Agrícola y Ganadero y tratadas cuando existe salmonella. Existe un control permanente de los animales, del lugar donde se crían y de los huevos", apuntó la autoridad sanitaria.
Oyarce precisó que "en este otro tipo de gallinas 'ilegales', por llamarlas así, existe total desconocimiento de su procedencia y de los mecanismos de control que se tienen en su manejo".
José Maino, socio de la empresa "Gallina Feliz", explicó que los criaderos certificados tienen un alto estándar de control, pero que existen casos de productos en los que no hay certeza de su origen.
"Los criadores tenemos normas de seguridad para evitar la salmonella, por ejemplo, los pollos están vacunados y se tiene una trazabilidad de los huevos. Se seleccionan uno a uno y se comercializan solo los limpios, en cambio, cuando uno compra en la feria, por ejemplo, se desconoce su condición, la fecha de origen y a la temperatura que estuvo guardado", sostuvo Maino.