Un grupo de destacados miembros de la Democracia Cristiana acogió el llamado a reflexión que hicieron los obispos, pero destacaron el rol del Estado "para enfrentar el embarazo adolescente".
Un importante matiz en el debate sobre la entrega de la "píldora del día después" a menores desde los 14 años puso un grupo de militantes de la Democracia Cristiana (DC) que, a través de una carta pública al presidente de la Conferencia Episcopal, Alejandro Goic, pidió a la Iglesia Católica no rechazar la medida sin ofrecer alternativas y traspasando al Estado la responsabilidad por las falencias al interior de la familia.
"Controvertir sin ofrecer una alternativa mejor o solo oponerse a cada medida que las autoridades adoptan para resolverlo no es propio de la pedagogía y prédica de la Iglesia (Católica)", asevera el texto.
La misiva, firmada entre otros por los ex ministros Andrés Palma, Josefina Bilbao y Osvaldo Artaza, expresa que "como católicos", el grupo acoge el llamado a reflexionar sobre el tema que hicieron los obispos el pasado 7 de septiembre, en su documento "¿Hacia dónde camina Chile?".
"Nuestro orden social familiar es responsabilidad de todos y nada sacamos con solo preocuparnos por las decisiones que toma la autoridad si antes no nos ocupamos por la responsabilidad que tenemos todos -colegios, padres, iglesias, etcétera; como si se juzgara a la autoridad por problemas que otros no hemos podido resolver", apunta la carta, que también suscriben Marcelo Trivelli, Tomás Jocelyn-Holt, Francisco Renán Fuentealba, Exequiel Silva y Jacqueline Saintard.
Para el grupo DC, "este debate sería simple si la 'píldora del día después' fuera abortiva, pero ni la comunidad científica ni los tribunales conceden eso".
"Estamos de acuerdo con nuestros obispos al afirmar el deber de los padres y de la sociedad en su conjunto de guiar, apoyar y orientar el desarrollo de los jóvenes (...) en el fondo, preocuparse por 'el día antes' y no sólo después. Pedir políticas en esa dirección es un derecho de la Iglesia (Católica) y un deber de todos nosotros", sentencian.
Sin embargo, el texto enfatiza que "la pregunta es ¿qué se debe hacer cuando esa confianza y esa comunicación no existen o fracasan?, ¿A quién le cargamos la responsabilidad?, ¿Al médico del centro de salud?, ¿A la menor que debe inhibirse del método y sacrificarse porque -por alguna razón- no tiene la confianza con sus padres para confesarles su vida sexual?".
"¿A los padres que no han sido capaces de dar esa confianza? ¿O a la sociedad toda que debe inhibirse de enfrentar este tema por lo conflictivo que puede ser?", añade.
Además, los demócrata cristianos expresaron su molestia por los cuestionamientos a las políticas de Salud de parte de la derecha.
"Hemos visto a políticos católicos de oposición cuestionar el uso de la 'píldora del día después' por su ineficacia para evitar enfermedades de transmisión sexual. A pesar de que esto es cierto, hoy reclaman a las autoridades más y mejores condones como alternativa a este fármaco tan controvertido, cuando en el pasado se opusieron a la distribución masiva de preservativos, a las políticas de educación sexual en los colegios y a todas las políticas públicas en torno a la materia", explican respecto a las tesis de alcaldes UDI como Carolina Plaza (Huechuraba) y Pablo Zalaquett (La Florida).
"Más que convicciones en torno a una política pública, es como si se acudiera a cualquier argumento para oponerse aún a riesgo de caer en contradicciones groseras", acusaran.
Para quienes suscriben la carta, el "debate no puede ser obstáculo a que el Estado promueva una política para enfrentar el embarazo adolescente".
"Es aquí donde el Estado y la iglesia funcionan en planos distintos. No contradictorios, pero distintos. A la Iglesia (Católica) le corresponde promover su testimonio de vida cristiana como un modelo social a seguir e imitar (...) pero mientras subsistan realidades que escapen a ese modelo, a las autoridades les corresponderá enfrentarlas", puntualizan.
Además, enfatizan que "duele profundamente que se insinúe que la entrega de un método anticonceptivo se asemeja a países totalitarios que imponen la esterilización forzada a su población".
"El abuso de comparaciones como la descrita desacredita una opinión que -de otra manera- podría ayudar a los chilenos como inspiración para una vida más plena y feliz", concluye la carta. (Cooperativa.cl)
