Con apenas siete años, Simón Acuña Jiménez será recordado no sólo en su natal Chillán, sino que también en todo Chile. Gracias a este pequeño gran luchador, nuestro país hoy cuenta con una ley que permite a los padres acompañar a sus hijos cuando sufren enfermedades graves.
"Gran Simón", como fue apodado con cariño por sus más cercanos, falleció el martes a la media noche tras hacer frente a un cáncer que lo aquejó desde que tenía apenas un año.
Este miércoles, Chillán despidió masivamente al niño que inspiró una lucha nacional, la que fue llevada adelante por sus padres, Álvaro Acuña y Carolina Jiménez, quienes con sus gestiones lograron que el Congreso aprobara el Seguro para el Acompañamiento de Niños y Niñas (Sanna), ley que entró en vigencia en febrero de este año.
"Su lucha contra el cáncer comenzó cuando tenía un año y cinco meses. Siempre estuvo con un receso de un año, pero reapareció en este último tiempo", contó Javier Acuña quien destacó que "la gran misión de Simón en este vida fue dejar un legado como la Ley Sanna, y claramente valió todo la pena".
Entre los asistentes estuvo el senador (PPD) Felipe Harboe, quien recordó que los padres de Simón se le acercaron en 2011, cuando era diputado en Santiago, para solicitar su apoyo al proyecto legislativo. "Esta es una noticia terrible, porque hubo una lucha de Simón y toda su familia por salir adelante; si bien no es una muerte en vano, se trata de una pérdida irreparable", dijo.