Monserrat Sarmiento, niña de ocho años de edad, cumplió dos en condición de prioridad nacional para un trasplante cardíaco pediátrico.
La menor nació con una cardiopatía congénita que la ha obligado, desde pequeña, a usar marcapasos, pero debió ingresar a la lista de espera en junio de 2015, cuando su estado empeoró.
Un año más tarde, en julio de 2016, ingresó al Hospital Clínico de la Red de Salud UC Christus -recinto donde se atiende- para ser hospitalizada de urgencia producto de un accidente cerebro vascular.
Debido a que conseguir un donante de corazón no es fácil -menos de un 7 por ciento en el caso de los niños-, su familia y el equipo médico decidieron conectarle un corazón artificial para darle más tiempo para encontrar uno, recuerda el diario El Mercurio.
"No es la misma"
"Sabíamos que esto podía demorar, pero no pensábamos que tanto. Yo soy feliz de tener a la Monse conmigo, pero no es la misma niña que yo tenía hace tres años", señaló la madre de la pequeña, Daniela Maluenda, al diario.
A raíz de sus accidentes caridiovasculares, la menor hoy habla más lento, perdió parcialmente la vista izquierda y el control de su mano derecha, por lo que está siendo rehabilitada en la Teletón, indicó el rotativo.
"Está quedando atrasada en comparación con otros niños. Tiene ocho años y no sabe leer ni escribir, porque tuvo que dejar el colegio", dice su mamá.
Otra preocupación para su familia es que Monserrat posiblemente deberá someterse a un procedimiento para cauterizar las heridas por sus conexiones del corazón artificial y en cinco meses podría ser necesario reemplazar su marcapasos, indicó el medio.
El Ministerio de Salud prevé que 2017 podría marcar un récord de donantes y trasplantes y hasta el 31 de mayo se habían realizado 213 intervenciones gracias a 84 donantes, más que cualquier otro año en el mismo período.