El Presidente Sebastián Piñera hizo este viernes una sorpresiva aparición en la Plaza Baquedano, el punto de Santiago que, durante meses, concentró las protestas sociales y que hoy está vacío por la epidemia de coronavirus.
Consultado el Palacio de La Moneda en los minutos posteriores a que el instante se hiciera viral en redes sociales, explicó que ésta no fue una actividad formal del Jefe de Estado ni tampoco buscaba informar algo específico.
Fuentes de Palacio señalaron que Piñera decidió -cuando iba rumbo a su casa, ubicada en Las Condes- bajarse de su auto y saludar a un grupo de Carabineros.
"Lamento si esta acción pudo malinterpretarse"
En su cuenta de Twitter, sólo una hora después de lo ocurrido, el Mandatario entregó detalles y su propia versión. Confirmó además que se tomó una fotografía en el lugar -algo que se infería de los registros ciudadanos- y lamentó "si esta acción pudo malinterpretarse".
"Hoy, regresando a mi casa, pasé por Plaza Baquedano: me bajé un par de minutos a saludar a un grupo de Carabineros y Militares que ayudaban a dirigir el tránsito, me saqué una foto y continué mi camino", escribió.
Si bien el presidente de RN, Mario Desbordes, cree que es plausible el argumento sanitario, "aunque cualquier persona con salvoconducto que pase podría hacer lo mismo", descartó que el Mandatario lo hiciera con fines de provocar.
"Lo que no es aceptable es que pretenda alguien hacerse dueño de ese lugar, que pertenece a todos los chilenos, ni menos aún que alguien pretenda tener el derecho de decir quién sí y quién no puede entrar a la Plaza Italia. Lo de la provocación no lo acepto como argumento, y si nos ponemos en ese plano, estamos siendo antidemocráticos", sentenció el diputado.
Estupor y críticas
La visita del Mandatario al sector, rebautizado popularmente como "Plaza de la Dignidad" tras el estallido de la crisis social, causó sorpresa y abundantes críticas dentro del mundo político.
La senadora Isabel Allende (PS) cuestionó que se tratara de una de las llamadas "piñericosas" del Presidente, sosteniendo que es más bien "una provocación que es difícil aceptarla, y uno exige que un Jefe de Estado no puede tener esa torpeza".
"Es evidente que es una provocación por todo lo que se ha vivido a partir del estallido, y por otro lado, estamos en plena pandemia, muy acongojados con lo que pasa en el mundo y en Chile, y no es el momento para estar haciendo ese tipo de gestos", remarcó.
Coincidió con la parlamentaria el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, quien señaló en El Diario de Cooperativa que se trató de una acción "temeraria, burda, una burla, una falta de respeto, molesta mucho, y creo que ese tipo de gustos en un contexto de estas características habla muy mal de él".
"Espero que en definitiva quien está dirigiendo el país en este momento tenga una actitud completamente distinta, y que más que sacarse fotos en ese monumento, se preocupe de que a los municipios no nos falten los recursos que ya nos están faltando", planteó.