En medio de la discusión por la inmigración en Chile, el ex Presidente Sebastián Piñera aseguró en conversación con El Diario de Cooperativa que "sería estúpido" abrir las fronteras a las personas que vienen a delinquir a nuestro país.
El ex Mandatario abrió el debate la semana pasada luego que manifestara en una entrevista que "muchas bandas de delincuentes en Chile son de extranjeros", sumándose a la ofensiva de Chile Vamos de actualizar y endurecer las leyes migratorias en Chile, llegando días después la confirmación de la Presidenta Michelle Bachelet de que en el último tercio del Gobierno se va a priorizar una nueva Ley de Migraciones.
"Yo me opongo, y sería absurdo, ingenuo e incluso estúpido, a que Chile abriera las puertas a aquello que estamos combatiendo dentro de Chile y dejar entrar a Chile personas que sabemos que vienen a delinquir, a cometer delitos de narcotráfico, de trata de personas, sean chilenos o sean extranjeros", aseguró.
Piñera, que no ha definido si postulará nuevamente a La Moneda, agregó que "la ley que nos rige hasta el día de hoy es de 1975 y está totalmente obsoleta (...) Chile siempre ha sido un país abierto a la inmigración. La inmigración española, la inmigración palestina, la inmigración alemana, la inmigración peruana, la inmigración croata, significaron un enorme aporte a Chile".
"Siento que Chile debe ser un país que acoja con los brazos abiertos a aquellos inmigrantes que vienen a Chile a formar una nueva vida, a respetar nuestras leyes, a integrarse a nuestra sociedad, a aportar al desarrollo de Chile, pero con la misma fuerza creo que Chile sería muy ingenuo y muy poco inteligente si abriera sus puertas a aquello que no queremos que llegue a Chile", recalcó.
El ex Jefe de Estado manifestó que "no queremos que llegue a Chile el narcotráfico, la trata de personas, el crimen organizado, la inmigración ilegal".
"Por tanto, mi postura que es muy simple y creo que la comparte la inmensa mayoría de los chilenos es que Chile debe ser un país abierto para la gente que viene a trabajar y a cumplir con nuestras leyes, pero que tenemos que tener nuestras fronteras cerradas a los males", indicó.
El ex Mandatario sentenció que "Chile no debe ser un país homofóbico ni mucho menos racista, eso al menos no es el Chile que quiero, pero separemos las cosas y seamos objetivos alguna vez y no vivamos de puros eslóganes".