Un estudio realizado en las regiones del Maule y Biobío dejó al descubierto el maltrato al que están expuestas las mujeres damnificadas en el proceso de reconstrucción, tras la catástrofe del 27-F.
Realizado por el Programa Ciudades Sin Violencia hacia las mujeres y apoyado por ONU-Mujeres, la investigación reveló que las situaciones de maltrato se deben a que no han sido atendidas necesidades como el hacinamiento en las aldeas, los sentimientos reprimidos ante la demolición de viviendas, las condiciones de higiene y la desvalorización de las víctimas.
Tras pasar un año en la zona, Marisol Saborido, de la Corporación Sur a cargo del proyecto, apuntó a "la desinformación, la falta de incorporación de la opinión y la participación de la gente y también hay violencia más directa de orden social y económica. Mucha gente perdió todo, hubo una carencia de tensión respecto de las necesidades específicas de las mujeres".
Saborido comentó que estuvieron expuestas al "maltrato por parte de los militares que estuvieron en los procesos de instalación de los campamentos. Hubo una cantidad de denuncia de las mujeres, por decir un ejemplo, salir de noche del campamento al baño era un riesgo de violación para las chicas jóvenes".
La vida en el campamento
Ximena Toledo, dirigenta de Dichato, relató que "cuando uno va a pedir un apoyo o algo como mujer no tiene tanta credibilidad como que vaya con un varón"
La pobladora relató que incluso en los enfrentamientos recientes que tuvieron con Carabineros, "un personero que nos dijo 'dónde están los hombres', nos sentimos más discriminadas".
"Es difícil para las mujeres salir en bata a que te vea todo el mundo, que sepan tus vecinos cuántas veces vas al baño o solamente en colgar tu ropa íntima para que se seque", relató Toledo