Tras los terremotos que se registraron durante la semana en el Norte Grande la Onemi explicó cómo se mide la intensidad de los sismos en escala Mercalli y cuáles son los efectos que la población percibiría en caso de uno de baja, mediana y mayor intensidad.
Según la escala de I a IV se considera de baja intensidad, siendo I un sismo que no se percibe y un IV aquel movimiento semejante al paso de un vehículo de gran tamaño. Sin embargo, si se está en el exterior, y no dentro de un inmueble, la sensibilidad es muy baja.
Los sismos V y VI se consideran de mediana intensidad. En caso de un V, el movimiento es perceptible tanto dentro como fuera de un inmueble. Los líquidos oscilan y pueden llegar a derramarse, sin embargo, en el caso de aumentar a VI, ya se producen grietas y algunas muebles pueden cambiar de posición o volcarse.
Se habla de mayor intensidad cuando la escala es entre VII y XII, estos niveles se caracterizan por provocar dificultad para mantenerse de pie.
Entre un número y otro los cambios son significativos, ya que en el caso de un VIII (máximo producido en los terremotos del norte) hay derrumbes parciales, pero en el caso de un IX las estructuras de albañilería bien construidas sufren daños, las casas de madera se salen de sus bases y hay rotura de cañerías.
En el caso de un terremoto XII en escala Mercalli el daño es casi total, se desplazan masas de roca y los niveles perspectiva queda distorsionada.