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Una dura derrota sufrió el martes en el Congreso el Gobierno, luego de que la Cámara de Diputados rechazara una nueva propuesta de reajuste salarial para el sector público.
Tras el sonado revés de la semana pasada -que incluyó una votación con cero voto favorable- La Moneda decidió ingresar un veto presidencial que mantenía el guarismo de 3,2 por ciento, pero incluía un bono especial por tramos de remuneraciones y señalaba que los salarios iguales o superiores a 4,4 millones no serían actualizados.
El Gobierno había comprometido el lunes a las directivas de los partidos oficialistas, pero en la votación no se expresó tal unanimidad: siete diputados de la DC, los seis diputados del Partido Comunista, tres socialistas, dos PPD y dos radicales rechazaron la propuesta, que terminó naufragando de manera definitiva.
"Cada uno tendrá que hacer su propia reflexión. Ustedes son testigos de que habíamos suscrito un compromiso", dijo hacia las 21:00 horas en el Palacio de La Moneda -donde se convocó un comité político de urgencia- el ministro vocero, Marcelo Díaz (PS).
"Teníamos la convicción de que el esfuerzo que había hecho el Gobierno era un esfuerzo serio, razonable, responsable y acorde con las capacidades del país. En consecuencia, tenía todos los méritos para haber contado con los votos suficientes para haber sido aprobado", agregó Díaz, quien calificó la situación como "grave".
Al término de la reunión los ministros Nicolás Eyzaguirre y Rodrigo Valdés fueron especialmente escuetos y no quisieron entregar detalles de lo discutido o resuelto en ésta.
"Ya tuvieron ustedes la oportunidad de hablar con el vocero, señor Marcelo Díaz (...) No hay comentarios, señores, ya habló el señor vocero de Gobierno. Muchas gracias", dijo el titular de la Segpres.
"No tengo nada que agregar", comentó Valdés, quien al ser interrogado sobre si, finalmente, habrá o no reajuste, respondió tajante: "Pregúntenles a los diputados que votaron en contra de esto".
En medio de este panorama varios parlamentarios de la Nueva Mayoría señalaron, fuera de micrófono, que el Gobierno no tiene espacio político para presentar un nuevo proyecto, ya que fue la propia Presidenta Michelle Bachelet quien respaldó la decisión del ministro Valdés de mantener inamovible el 3,2 por ciento.
Momentos antes de la votación, y apelando al IPC acumulado de 2,8 por ciento en 12 meses, Valdés resaltó que el reajuste ofrecido era de "0,4 por ciento real", superior a los del año pasado y antepasado, que fueron 0,3 y 0,2 por ciento.
"Honrar los compromisos"
La dispersión de los votos oficialistas también generó reacciones en el Congreso y en los propios partidos de la Nueva Mayoría.
"(El lunes) el Gobierno se reunió con los presidentes de los partidos de la Nueva Mayoría y se llegó a un acuerdo. Pregúntenles a quienes no cumplieron el acuerdo", señaló el presidente de la Cámara de de Diputados, Osvaldo Andrade (PS), sin ocultar su molestia.
"Efectivamente hay un acuerdo que se debió haber cumplido, aquí debieron haber estado los votos para aprobar. Es una situación no sólo es lamentable, sino que muy complicada", comentó la timonel de la DC, Carolina Goic.
Ricardo Lagos Weber, titular del Senado (PPD), calificó como "inexcusable e inexplicable que un número tan importante de parlamentarios de la Nueva Mayoría votaran como votaron, en particular una bancada completa y su presidente", en alusión al Partido Comunista y Guillermo Teillier.
El aludido Teillier aseveró que "yo por lo menos no di garantías de que íbamos a votar a favor, di garantías de que iba a hacer todo el empeño por llegar a un acuerdo, e incluso si ustedes lo miran, la votación nuestra no era incidente en la aprobación o en el rechazo, podíamos haber votado a favor o en contra y se habría rechazado exactamente igual".
"¿Qué paso? No lo entiendo. De todos los partidos hubo deserción, pero lo que más llama la atención es que una bancada completa, incluido su presidente, votara en contra", indicó la senadora Isabel Allende, presidenta del PS.
El rechazo en bloque del Partido Comunista, incluido su presidente, fue objeto de controversia entre la dirigencia de la Nueva Mayoría. (Foto: UNO)
"(En el encuentro del lunes con el Gobierno) yo, por lo menos, no di garantías de que íbamos a votar a favor. Yo di garantías de que iba a hacer todo el empeño por llegar a un acuerdo", se defendió el timonel comunista.
A través de una declaración pública el PS lamentó el rechazo y, tras destacar que varios "diputados socialistas se pronunciaron negativamente", llamó a reflexionar "sobre el cumplimiento de los compromisos" al interior de la coalición gobernante.
El PPD hizo lo propio y, subrayando que el acuerdo con La Moneda era "vinculante", lamentó la acción de sus dos diputados que votaron en contra, "lo que será motivo de un debate político", y pidió que "la Democracia Cristiana y el Partido Socialista adopten las medidas necesarias para honrar los compromisos adquiridos".
El ex timonel falangista Ignacio Walker dijo ver, en el resultado de la votación, "un signo evidente de germen de ingobernabilidad":
Piden nuevo proyecto y mesa de diálogo
Tras la sesión en el hemiciclo el diputado comunista Lautaro Carmona abogó abiertamente por el envío al Congreso de "un nuevo proyecto antes del 30 de noviembre" para que se discuta "con las urgencias del caso": aludió incluso a una eventual tramitación "express".
Una postura similar expresaron los presidentes de la ANEF y la Confusam, Raúl de la Puente y Esteban Maturana, que -junto con confirmar su decisión de mantener el paro- plantearon la necesidad de instalar una nueva mesa de conversación con el Ejecutivo.
"El paro continúa el día de mañana (miércoles). Nosotros esperamos la reacción del Gobierno", dijo Raúl de la Puente. "Lo que necesitamos es una mesa de negociación y una nueva ley. Eso es posible", sostuvo Maturana.
Desórdenes y exabruptos
Un episodio aparte, pero que terminó siendo uno de los momentos más llamativos de la jornada, fue el desalojo policial de las tribunas de la Cámara de Diputados, momento en el cual la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, llamó "hueón maricón" e "hijo de puta" al ministro de Hacienda.
Osvaldo Andrade justificó su decisión de desalojar señalando, desde la testera que "cuando una masa, por muy respetable que ésta sea, impide el ejercicio del más íntimo derecho que tiene la ciudadanía de expresar sus ideas está violando la convicción democrática".
"Créanme que este presidente no tiene ningún inconveniente en aplicar las normas, porque lo que tiene es una convicción democrática. Nadie le puede impedir a un parlamentario expresar su opinión, más aun cuando lo hace en el hemiciclo; más aun cuando lo hace cumpliendo con la normativa vigente", señaló el titular de la Cámara Baja.
Pese al nuevo impasse, en el Gobierno dicen que se mantiene vigente la reunión programada para el mediodía del jueves entre los ministros del comité político, los presidentes de los partidos de la Nueva Mayoría y los jefes de bancada.