Duterte pidió a la Policía matar a los "idiotas" que se resistan al arresto
La declaraciones del presidente de Filipinas se dan en medio de un incremento de las muertes por la campaña antidroga en el país.
Una de las víctimas es Kyan Delos Santos, de 17 años, quien fue abatido a manos de cuatro policías.
La campaña antidroga de Duterte ha causado más de 7.000 muertos.
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, instó este lunes a los policías a matar a los "idiotas" que se resisten de manera violenta a ser detenidos, en medio de un incremento de las muertes por la campaña antidroga en el país.
"Su deber los obliga a vencer la resistencia de las personas que arrestan (...) (si) se resiste y es de forma violenta (...) son lbres de matar a ese idiota, esa es mi orden", dijo Duterte durante un discurso en el Cementerio de los Héroes, retransmitido por el canal RTVM.
El apoyo del mandatario se enmarca dentro del recrudecimiento de la bautizada como "guerra contra las drogas" en la que murieron más de 70 personas en cuatro días, a mediados de agosto, en varios distrito de la capital.
Una de las víctimas durante esta ofensiva policial es Kyan Delos Santos, de 17 años, quien fue abatido a manos de cuatro policías, que han sido suspendidos y contra los que la fiscalía prevé presentar cargos de asesinato.
La Policía dijo inicialmente que el incidente ocurrió cuando Delos Santos escapó al ver que se le aproximaban los agentes y durante la persecución disparó contra ellos, quienes aseguraron que tras abatirle le incautaron una pistola.
La autopsia, en cambio, reveló que el menor murió de un disparo a quemarropa y con la cara contra el suelo mientras que cámaras de seguridad mostraron como instantes antes los policías arrastraban al joven.
Está previsto que este lunes el mandatario se reúna en el palacio presidencial con los padres del adolescente asesinado, quien según estos no consumía estupefacientes y era un buen estudiante.
La campaña antidroga de Duterte comenzó el mismo día de su investidura, el 30 de junio de 2016, y ha causado desde entonces más de 7.000 muertos.
Organizaciones internacionales defensoras de los derechos humanos han criticado duramente la "guerra" contra las drogas de Duterte.