Llevamos años aprendiendo que los planetas del sistema solar son ocho, pero esta semana científicos en EEUU han publicado "evidencias" de que puede haber otra vez un noveno.
De confirmarse, más allá de un cambio en los libros, servirá para entender mejor el origen de nuestro sistema planetario.
Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, son los planetas que los estudiantes aprenden desde 2006, cuando la Asamblea General de la Unión Astronómica Internacional decidió que Plutón -ahora planeta enano- se tenía que caer de la lista, menguando así el número de estos cuerpos celestes de nueve a ocho.
Sin embargo, esta relación de planetas puede volver a crecer: el pasado miércoles, los astrofísicos Michael Brown y Konstantin Batygin, del Instituto de Tecnología de California, publicaron en la revista Astronomical Journal "evidencias" sobre la existencia un nuevo planeta gigante y glacial más allá de Neptuno.
El objeto, que los investigadores apodaron "noveno planeta", tendría una masa de diez veces la de la Tierra y tardaría entre 10.000 y 20.000 años en hacer una sola órbita completa alrededor del Sol.
Cautela
Brown y Konstantin no han logrado aún verlo, de ahí que algunos científicos prefieran la cautela, pero sí han presentado cálculos matemáticos que predicen su existencia.
Así, sus números apuntan a la presencia de un "masivo perturbador", en palabras de los protagonistas, que afecta a la trayectoria de otros seis objetos espaciales más pequeños. Este "masivo perturbador" sería este planeta nueve.
Este método, el de constatar que las órbitas de algunos cuerpos están influenciadas, perturbadas, por la gravedad de un planeta escondido, es habitual. De hecho, Neptuno se encontró así: en 1843, por separado, científicos franceses y británicos vieron que Urano orbitaba "raro".
Tras observar que las órbitas de Urano, además de las de Saturno y Júpiter, se comportaban con "distorsión", los astrónomos John Couch Adams y Urbain Jean Joseph Le Verrier predijeron la existencia del nuevo planeta usando sólo las matemáticas.
Tres años después, el alemán Johann Gottfried Galle encontró Neptuno.
No es la primera vez que se apunta a la posibilidad de que exista un noveno planeta.
"Primero hay que encontrarlo"
José Luis Ortiz, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (sur de España), explica que desde hace mucho tiempo hay indicios de la posible existencia de uno o incluso varios objetos masivos más allá de Neptuno (su grupo asegura tener indicios "bastante sólidos").
"Una cosa es que haya indicios e incluso indicios muy firmes y otra es que de verdad exista, y dónde está. Primero hay que encontrarlo y después cambiar los libros, no antes", asegura a Efe este astrofísico, quien agrega que el artículo de Brown y Batygin hay que revisarlo con calma antes de poder hacer una apreciación detallada de su calado.
Ortiz pide guardar "cautela científica y seguir analizando y estudiando todas las opciones posibles que explican las anomalías en el sistema solar exterior".
Desde la NASA, su jefa científica, Ellen Stofan, reconoció a la BBC ser "algo escéptica": para saber a ciencia cierta que esta ahí, las observaciones directas deben confirmar su presencia.
En todo caso, lo que sí destacan los científicos es que un descubrimiento de un planeta como éste es algo de enorme relevancia, por el avance que puede suponer a nuestro entendimiento de cómo se formó el sistema solar, según Ortiz.
Una de las preguntas que se hacen los expertos es por qué hay ese número de planetas grandes -cuatro- y no más, y por qué están en las órbitas que están, por lo que encontrar uno nuevo ayudaría a dar respuestas.
Hay modelos -como el de Niza- que hablan de que en nuestro sistema se formaron cinco grandes planetas gaseosos; este nuevo planeta podría ser el quinto, por detrás de los gigantes gaseosos de Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.