Científicos chinos podrán operar dos cámaras de la sonda lunar Odiseo
Las cámaras servirán a los investigadores para estudiar diversos cuerpos celestes, entre ellos el centro de la Vía Láctea.
Las cámaras servirán a los investigadores para estudiar diversos cuerpos celestes, entre ellos el centro de la Vía Láctea.
Científicos de China y Estados Unidos realizarán observaciones astronómicas conjuntas desde la superficie lunar, tras el exitoso alunizaje este jueves del Odiseo, el primer aparato espacial estadounidense que se posa en nuestro satélite en medio siglo.
El Observatorio Astronómico Nacional de China ha recibido una invitación para utilizar dos cámaras de imagen a bordo de la sonda, construida por la empresa privada Intuitive Machines, con sede en el estado de Texas, recoge este viernes el diario hongkonés South China Morning Post.
Las cámaras servirán a los investigadores para estudiar diversos cuerpos celestes, entre ellos el centro de la Vía Láctea.
La colaboración es fruto de acuerdo firmado entre el Observatorio Astronómico Nacional de China y la Asociación Internacional de Observatorios Lunares, una organización sin ánimo de lucro con sede en el estado de Hawái.
El acuerdo ya permitió a los astrónomos hawaianos utilizar un telescopio ultravioleta en el aterrizador lunar chino Chang'e 3 para captar imágenes de galaxias lejanas desde la superficie del satélite por primera vez hace dos años.
"La ILOA se sintió honrada de haber participado en la primera cooperación entre China y Estados Unidos en la Luna con un instrumento chino. Ahora nos complace anunciar el plan de reciprocidad en el acuerdo de larga duración", señaló el director fundador de la ILOA, Steve Durst, citado por el rotativo.
"Todo éxito en la exploración lunar es digno de celebración, porque la Luna no pertenece a ningún país sino a toda la humanidad", declaró el astrónomo del Observatorio chino Zheng Yongchun al diario.
Al cabo de un viaje de más de un millón de kilómetros, el Odiseo aterrizó con éxito en la ribera del cráter Malapert A, a unos 300 kilómetros del polo sur lunar.
La misión, llamada IM-1, se enmarca en la iniciativa de Servicios Comerciales de Carga Útil Lunar (CLPS, por sus siglas en inglés) de la NASA, la cual forma parte también del programa Artemis, con el que la agencia espacial estadounidense planea volver a enviar viajes con tripulación a la Luna.