El 90 por ciento de los chinos celebrará la Navidad, según encuesta
En un país ateo oficialmente y donde el cristianismo es una minoría, la celebración tendrá un marcado tinte consumista.
En un país ateo oficialmente y donde el cristianismo es una minoría, la celebración tendrá un marcado tinte consumista.
China, mayor exportador de productos navideños del mundo, ha creado su propia versión de la festividad cristiana, a través de un desenfrenado consumo de abetos de plástico y variadas celebraciones, cuyos gastos compiten con los realizados con motivo del Año Nuevo Chino.
Una encuesta realizada entre 2.000 chinos en 14 ciudades y publicada este sábado por el diario China Daily indica que la Navidad es la segunda festividad más importante para ellos después del Festival de la Primavera, cuando se celebra el Nuevo Año Lunar Chino (que en 2006 empieza el 29 de enero).
"La Navidad es un tiempo para fiestas, compras e incluso romances. Es un premio para nuestro año de trabajo", opina Zhang Yapeng, un vendedor de computadores de 25 años de Pekín, mientras busca un bar para celebrar con sus amigos la Noche Buena.
Un 90 por ciento de los encuestados en el país, oficialmente ateo, señalan que celebrarán la Navidad, y el 43 por ciento se reunirá con sus amigos en bares y karaokes esta noche, según el muestreo del Instituto chino de Estudios Sociales.
La mayoría no sabe muy bien en qué consiste la Navidad, pero es una excusa más para reunirse y pasar un buen rato, y no sólo en las grandes ciudades del este chino.
"Para mí la Navidad es como otro día de San Valentín. Voy a quedar con mi novia y le voy regalar algo para demostrarle mi amor. Luego iremos a la ciudad a celebrar la Noche Buena", señala el estudiante Li Shan al China Daily desde la exótica meseta del Loess, en la provincia noroccidental de Shaanxi.
La cadena de karaokes Party World, la mayor de Pekín, tiene reservados sus cien establecimientos desde hace cuatro días: "El precio por sala es de 110 dólares (93 euros) por hora, pero ya no nos queda ninguna libre", señala uno de los empleados.
Los banquetes de Navidad en los hoteles pequineses, con precios de hasta 240 dólares (202 euros) por persona, están reservados desde hace dos días, y los camareros, vestidos con traje tradicional chino, llevan un gorro del Viejo Pascuero.
Cadenas de minoristas extranjeras y locales exhiben desde hace un mes un ejército de papás Noel y arbolitos de plástico, campanillas y otros objetos de la tradición occidental que los chinos compran con entusiasmo mientras el hilo musical emite villancicos en inglés.
"Estas cosas son muy baratas. Con 100 yuanes (12,3 dólares) puedo decorar mi casa para la Navidad y usarlas luego para el Año Nuevo Chino", dice Ying Jia, una pragmática compradora de la cadena francesa Carrefour.
Pero los chinos también aprovechan la Navidad para comprar electrodomésticos, decoración, teléfonos móviles, televisores, cámaras digitales y vehículos, mientras que algunos disfrutan de vacaciones en Navidad y en el Año Nuevo Chino.
"Lo que estamos presenciando en China es la mayor y más rápida creación de la historia del mundo de una nueva clase de consumidores", señala Kevin Lane, de la consultora McKinsey en Shanghai, al diario South China Morning Post.
Un 87 por ciento de los artículos navideños que llegan a la Unión Europea proceden de China, nada menos que 600 millones de euros fue el valor de las mercancías importadas en 2004 por la UE, mientras las plantas productoras en Zhejiang (este) y Cantón (sur) cada vez venden más en el mercado interno.
Las iglesias oficiales chinas recibirán esta noche a millones de católicos, mientras los cristianos clandestinos (no reconocidos por el poder comunista) se reunirán en secreto en un país con 100 millones de budistas, religión mayoritaria seguida por el Taoísmo, el Confucionismo, el Islamismo, el Protestantismo y el Cristianismo. (EFE)