Pilar Orellana, médico jefe de la unidad de Medicina Nuclear del Departamento de Radiología de la Universidad Católica, aseguró que el temor que tiene la gente a la energía nuclear "se debe a un desconocimiento de la población de los hechos reales"
En conversación con Un Nueva Mañana y a propósito de la complicada situación que enfrenta la planta nuclear de Fukushima tras el terremoto, la experta advirtió que "es responsabilidad nuestra, de todas las personas que estamos relacionadas en el ámbito de la utilización de las radiaciones y horizontes con fines pacíficos, no solamente en el área médica sino que en el área industrial y otras, es precisamente enseñarle a la población que no tenga temor".
Orellana reconoce el valor que significa el uso de este tipo de recurso, pero no es partidaria de que se levanten otras plantas en el resto del país "porque probablemente el reactor de La Reina, en conjunto con la importación por empresas privadas o por los usuarios en forma directa, son capaces de suplir la necesidad de reactivos y material radiactivo".
Este lunes, vecinos del Centro de Estudios Nucleares pidieron el traslado del establecimiento por posibles problemas que podría traer en el futuro a los visitantes que viven en los sectores aledaños a la falla de San Ramón.
Al alcance de todos
La funcionaria de la Universidad Católica, a pesar de que no apoya una expansión de los centros de producción de este tipo de energía, considera necesaria "la implementación y difusión del recurso de medicina nuclear en provincias y en el sector público", ya que por el momento se encuentra acaparada por el sector privado.
Estas "son cosas que están relacionadas con el costo de la inversión y por las políticas de salud en torno a qué es lo que se prioriza como programas de salud en los distintos gobiernos".
Debido a estas condiciones, concluyó que "la medicina nuclear es un privilegio muy bueno, para pocos".