Changyuraptor yangi era un predador que planeaba en lo que hoy es Liaoning, en el noreste de China.
Las notables plumas de su cola, que podían medir hasta 30 cm, son las más largas entre los dinosaurios no aviarios. Y además, tenía un par de alas traseras.
Su inusual plumaje le permitía aminorar la velocidad durante el vuelo y aterrizar suavemente, según sugieren los científicos en un estudio que publica la revista Nature Communications.
Por sus peculiares rasgos, C. yangi es una nueva especie de microraptor (pequeña rapaz), un grupo emparentado con los aviarios primitivos.
Estas extrañas y antiguas criaturas ofrecen pistas sobre el origen del vuelo y sobre la transición de los dinosaurios emplumados a las aves.
Los paleontólogos pensaron alguna vez que los planeadores de cuatro alas eran un eslabón en el camino hacia el vuelo de dos alas.
Pero recientes descubrimientos fósiles sugieren que los animales del género microraptor pertenecían a una rama evolutiva aparte.
El vuelo probablemente evolucionó muchas veces en diferentes especies emplumadas, no solamente en el linaje que finalmente se transformó en aves.
Cola de control
El esqueleto de C. yangi fue descubierto por un equipo de investigadores de la universidad china de Bohai y del Museo de Historia Natural del condado de Los Ángeles, Estados Unidos.
Con sus 132 cm desde el hocico hasta la punta de la cola, es el dinosaurio de cuatro alas más grande jamás hallado, más largo que un águila o un albatros de hoy en día.
Las plumas en su extremidades posteriores son inusualmente prominentes, lo que indica que eran de hecho alas traseras y jugaban un rol en el vuelo, dicen los científicos.
Al calcular la elevación y el arrastre generado por las plumas, los autores concluyen que C. yangi utilizaba su larga cola para compensar su gran tamaño y mantener el control mientras estaba en el aire.
"El bajo alargamiento (en aeordinámica, la proporción entre la longitud y el ancho medio de un ala) de la cola del nuevo fósil podría haber actuado como estructura de control del ángulo de paso reduciendo la velocidad de descenso", escribieron los autores.
"Esto podría ser esencial para un aterrizaje seguro o para atacar con precisión a una presa", agregaron.
"Tal estabilización del ángulo de paso podría ser particularmente importante para grandes microraptores (ya que volarían y descenderían más rápido que los individuos más pequeños), y este efecto explica por qué el abanico de plumas de la cola es excepcionalmente largo", sentenciaron.