Cincuenta años de la Operación Cóndor: el crudo relato de una sobreviviente

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| Periodista Digital: EFE

La paraguaya Lidia Cabrera fue encarcelada por las fuerzas de Stroessner y separada de sus hijas de uno y tres años, en el marco del pacto de terror lanzado por Pinochet.

Cincuenta años de la Operación Cóndor: el crudo relato de una sobreviviente
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Lidia Cabrera rompe en llanto al recordar el peor momento de su vida: cuando las fuerzas del dictador paraguayo Alfredo Stroessner (1954-1989) la pusieron tras las rejas junto a su esposo, el luchador social Sotero Franco, y la separaron de sus hijas de uno y tres años.

Ocurrió el 18 de enero de 1977, mientras Cabrera y Franco, que militaban en el Partido Comunista Paraguayo (PCP), residían en la ciudad argentina de Puerto Iguazú en su intento por escapar de la represión que atravesó Paraguay durante los casi 35 años del llamado "stronato".

Entonces no lo sabía, pero su familia fue una de las tantas víctimas del Plan Cóndor, una red de colaboración entre los órganos de inteligencia de las dictaduras de Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay para perseguir a los opositores exiliados, y que operaba desde 1975.

"Fue muy angustiante no saber qué pasaba con las nenas. Adelgacé mucho", dijo a la agencia de noticias EFE la mujer de 77 años tras vencer el miedo y exponer su caso ante decenas de personas en el Museo de las Memorias de Asunción, la capital paraguaya, en un evento que contó con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid).

"Nosotros sobrevivimos, aquí seguimos. Pero muchos ya no están, (y) hay que alzar la voz por sus memorias", expresó tras apuntar que compartió prisión con al menos media docena de ciudadanos argentinos que aún permanecen desaparecidos.

Hoy, Cabrera y su esposo residen en la provincia argentina de Formosa tras regresar al continente americano en 1992, luego de vivir como refugiada 12 años en Suiza.

"En Europa siguen mis hijas -incluida una tercera que nació en Suiza-, están tranquilas y viven bien, pero nosotros volvimos porque la tierra llama", afirmó la mujer que se reconoce como paraguaya, si bien nació accidentalmente en Argentina cuando su familia huyó de la crisis que dejó la guerra civil de 1947.

Terrorismo de Estado

El investigador y activista de derechos humanos de Paraguay Rogelio Goiburú no duda en calificar las conexiones de las dictaduras sudamericanas a través del Plan Cóndor como "terrorismo de Estado".

"Existían leyes que justificaban todos los irrespetos a los derechos humanos, que rompían los lazos de solidaridad entre los seres humanos. Atravesamos por casi 35 años de terrorismo de Estado", apuntó durante su participación en el evento.

Asimismo, lamentó que desde el Estado paraguayo se trate, sin la suficiente seriedad, la construcción de una memoria histórica que dé cuenta de los abusos del Plan Cóndor.

"Los investigadores no tenemos una línea presupuestaria porque saben que buscar al desaparecido es revivir la injusticia; quieren que las víctimas sean números, como si fueran un rebaño de ovejas", afirmó.

Con todo, Goiburú afirmó que en Paraguay, donde no se conoce un número exacto de las víctimas fatales que dejó el Plan Cóndor por el secretismo que le caracterizó, se han identificado al menos 30 lugares donde excavar "con la esperanza de encontrar" los restos de desaparecidos.

Esto último podría ayudar a muchos a "cerrar el duelo" por familiares de los que no saben nada hace casi 50 años, señaló, por su parte, el investigador paraguayo Carlos Portillo, quien fue miembro de la Comisión de Verdad y Justicia, un órgano estatal que investigó los abusos a los derechos humanos entre 1954 y 2003 en Paraguay.

"Sin un cuerpo es imposible cerrar el duelo. Entonces, se habla de impedimento al duelo, porque muchos sienten que su familiar está por ahí, en algún lado", explicó.

Además, Portillo consideró imprescindible visibilizar a las víctimas para evitar un nuevo "vuelo" del Plan Cóndor no solo en Paraguay, sino en cualquier región del mundo.

"Porque no fue una iniciativa paraguaya, sino una internacional, está documentado. Son fórmulas (represivas) que vienen de muy atrás y que en Paraguay se usaron durante la guerra civil de 1947", señaló.

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