La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó una resolución con la que reconoce, por primera vez, el genocidio armenio por parte del Imperio Otomano, en un momento de crecientes tensiones con Turquía, que lo niega y que se ha mostrado siempre hostil contra quienes lo reconocen oficialmente.
El texto quedó aprobado este martes casi por unanimidad con 405 votos favorables y tan solo 11 en contra.
Estados Unidos había sido reticente a reconocer como un genocidio la matanza de 1,5 millones de armenios entre 1915 y 1923 para no perjudicar las relaciones con Turquía, el Estado heredero del Imperio Otomano y socio de Washington en la OTAN.
Pese a eso, el ex presidente Ronald Reagan sí utilizó el término "genocidio" durante un discurso en 1981.
La resolución aprobada este martes rechaza "los esfuerzos para afiliar, comprometer o asociar de alguna otra forma al Gobierno de Estados Unidos con la negación del genocidio armenio o cualquier otro genocidio".
La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, añadió a lo recogido en el texto que "con demasiada frecuencia se ha negado la verdad" sobre crímenes atroces.
"Hoy, permítannos declarar de forma clara los hechos en el pleno de esta Cámara (Baja) para que queden para siempre en el Registro del Congreso: La barbarie cometida contra el pueblo armenio fue un genocidio", dijo.
El voto sobre el reconocimiento del genocidio se produjo minutos antes de que la Cámara Baja aprobase también de forma casi unánime sanciones contra Turquía por su ofensiva contra los kurdos en el noreste de Siria.
De hecho, Pelosi hizo referencia a esa ofensiva en su discurso.
Las crecientes tensiones de EEUU con Turquía
La aprobación del reconocimiento y de las sanciones llegan un mes después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, anunciase el repliegue de sus tropas en el noreste de Siria dando paso a una ofensiva de Turquía contra los kurdos, aliados de Washington en la lucha contra el Estado Islámico (EI).
El anuncio llegó después de una llamada con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, que le informó de sus intenciones de iniciar dicha ofensiva, lo que le ha costado a Trump numerosas críticas en Estados Unidos, incluidas las de muchos republicanos.
Turquía, que niega el genocidio armenio y habla de "lamentables excesos" cometidos durante una guerra entre las fuerzas del orden y las milicias armenias, se ha mostrado siempre hostil contra quienes lo reconocen internacionalmente.
Erdogan, de hecho, dijo en abril pasado en referencia a Francia que "aquellos que quieren sermonear a Turquía sobre derechos humanos, democracia, el problema de Armenia y la lucha contra el terrorismo tienen una historia sangrienta", al acusar a París de ser responsable del genocidio de los tutsis en Ruanda en 1994.
El 22 de diciembre de 2011 el Parlamento francés aprobó una proposición de ley que castiga la negación del genocidio armenio, lo que supuso que Turquía suspendiera las relaciones políticas y militares con Francia.
En abril de 2015, cuando se cumplió el primer centenario, el papa Francisco se refirió explícitamente "al primer genocidio del siglo XX", mientras que el 2 de junio de 2016 el Parlamento alemán aprobó una resolución que reconoció el genocidio armenio, lo que abrió una crisis diplomática entre Berlín y Ankara.