Varios cientos de personas, gran parte de ellos niños, fueron testigos esta semana de una particular práctica danesa.
Un león, que había sido sacrificado en el verano porque no se le encontró un nuevo hogar, fue diseccionado en público en el zoológico de Odessa.
"Lo hacemos porque forma parte de un gran paquete de difusión de conocimientos. Ver a un animal muerto es algo grande para todos", declaró Nina Collatz Christensen, zoóloga de este centro, a la televisión pública danesa.
"En un supermercado no se ven cerdos ni terneros, sólo un paquete de carne picada. Así se tiene una mejor comprensión de la vida y la muerte de los animales", complementó Christensen.
Críticas
Esta práctica, de larga data en el país nórdico, es parte de su cultura y no genera el escándalo que sí pueden generar fuera de sus fronteras.
Es más, este año, el mismo zoológico ya había realizado una exhibición de este tipo con un pony y un camello.
Una portavoz de la Sociedad Humana Internacional, Wendy Higgins, acusó al zoológico de "hacer un espectáculo macabro de una gran tragedia".