La restricción de calorías no alarga la vida, según estudio
De todos modos, sí mejora la salud, según los resultados de la investigación.
El trabajo de 23 años incluyó el uso de monos en los experimentos.
De todos modos, sí mejora la salud, según los resultados de la investigación.
El trabajo de 23 años incluyó el uso de monos en los experimentos.
La restricción calórica, un tipo de dieta que consiste en ingerir menos calorías de las recomendadas, no alarga la esperanza de vida pero mejora la salud, según un estudio con monos publicado por la revista científica "Nature".
La restricción calórica es la práctica de limitar la ingesta de calorías diarias entre un 10 y un 40 por ciento, con la esperanza de mejorar la salud y retrasar el envejecimiento, una tesis que estudios previos habían probado en roedores.
La investigación, iniciada hace 23 años por un grupo de científicos del National Institute on Aging de Baltimore (EE.UU), rechaza que esta dieta tenga capacidad para alargar la vida, al menos en los monos, aunque sí reconoce sus efectos positivos sobre la salud de estos animales.
Los científicos, liderados por el biólogo español Rafael de Cabo, redujeron en un 30 por ciento la ingesta de calorías de monos Rhesus (Macaca mulatta) y evaluaron los efectos de esta dieta en ejemplares de distintas edades y género.
Concluyeron que su esperanza de vida, que habitualmente alcanza los 27 años, no se incrementó ni entre los monos mayores, de entre 16 y 23 años en el momento de iniciar la dieta, ni entre los más jóvenes, menores de 14 años cuando comenzó el experimento.
En cambio, los investigadores descubrieron que la restricción calórica sí aportó algunos beneficios al metabolismo de estos primates.
"Observamos una mejora general en parámetros asociados con enfermedades típicas del envejecimiento, como las metabólicas (diabetes, obesidad), las cardiovasculares y el cáncer", explicó De Cabo.
En particular, los monos que comieron un 30 por ciento menos de calorías presentaron niveles más bajos de triglicéridos, colesterol y glucosa, especialmente entre los machos, así como una incidencia "notablemente menor" de cáncer entre los primates más jóvenes.
La investigación, que según De Cabo podría prolongarse aún durante otras dos décadas, se centra ahora en averiguar las claves metabólicas y moleculares responsables de los efectos de la restricción calórica sobre el organismo de estos monos.
De Cabo espera asimismo comparar sus resultados con los obtenidos por el Wisconsin National Primate Research Center en una investigación paralela, también llevada a cabo con monos e iniciada en la década de 1980, que sí defiende la capacidad de esta dieta de alargar la vida de estos primates.