Unos 129 millones de hectáreas de bosque, lo que representa una superficie del tamaño aproximado de Sudáfrica, se han perdido en todo el mundo en los últimos 25 años, según un informe difundido por la FAO.
Durante la inauguración del XIV Congreso Forestal Mundial en la ciudad sudafricana de Durban, el director general de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, señaló que "la deforestación ha continuado pero su ritmo se ha reducido a pesar de que se están usando actualmente más productos forestales que nunca".
El informe de 2015 sobre los recursos forestales mundiales sostiene que la superficie de bosques sigue reduciéndose a medida que la población crece y la demanda de alimentos y tierras se intensifica.
No obstante, reconoce que el ritmo anual de destrucción forestal ha caído en más de un 50 por ciento en los últimos cinco años, cuando la tasa era del 0,08 por ciento, en comparación con la década de 1990, cuando era del 0,18 %.
Este cambio se debe a que la tasa de deforestación ha disminuido en algunos países y en otros ha aumentado la superficie de bosques, una evolución "importante" teniendo en cuenta que en los últimos años han aumentado tanto la extracción anual de madera como el número de habitantes.
El estudio destaca que la mayor pérdida de superficie de bosques ocurrió en los trópicos, especialmente en Sudamérica y en África.
Los bosques, que en 2015 suman algo menos de 4.000 millones de hectáreas, permiten absorber el carbono y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Pero su degradación y su conversión a nivel mundial en tierras destinadas para otros usos como la agricultura ha llevado a la disminución de las existencias mundiales de carbono en la biomasa forestal en casi 17,4 gigatoneladas en los últimos 25 años (el equivalente a 2,5 gigatoneladas de dióxido de carbono).
La deforestación o conversión forestal es un fenómeno difícil de medir, incluso mediante imágenes satelitales, y al mismo tiempo complicado debido a que las ganancias y pérdidas de bosque ocurren continuamente.
Además, hay grandes diferencias entre los cambios de la superficie de los bosques naturales y la de los bosques plantados, según el informe.
El grueso del bosque mundial es natural, el cual se ha reducido de 8,5 millones de hectáreas anuales (de 1990 a 2000) a 6,6 millones anuales en los últimos cinco años, una tendencia que presumiblemente continuará en el futuro, sobre todo en las zonas tropicales.
Por su parte, la superficie de bosque plantado ha aumentado en más de 110 millones de hectáreas desde hace 25 años y representa el 7 por ciento de la superficie de bosque mundial.
En 2015, un 30 por ciento de los bosques del mundo tenían una función productiva y alrededor de un cuarto tenía múltiples usos al suministrar madera, pastizales, productos forestales no madereros, agua, lugares de recreación y condiciones para la gestión de la flora y la fauna silvestres.
Precisamente la conservación de la biodiversidad constituye el principal objetivo de la gestión forestal en el 13 por ciento de los bosques del mundo, mientras que los destinados a la protección del suelo y el agua equivalen al 25 por ciento de la superficie forestal total.
El estudio resalta que ha habido progresos "sustanciales" hacia la gestión forestal sostenible, pues han aumentado los planes, el monitoreo, la certificación y las estadísticas relacionadas con los bosques en general.
Asimismo, ha crecido la superficie de bosque destinada al uso forestal permanente por porte de gobiernos y propietarios privados, entre los cuales destaca el caso de China, donde se ha producido una reforestación a gran escala por expansión natural y plantación.
Pese a los esfuerzos llevados a cabo, el informe advierte de que continúan las prácticas insostenibles y la deforestación, al tiempo que en algunos países las comunidades locales siguen sin beneficiarse lo suficiente de los bosques.