El "halicarcinus planatus" es un pequeño crustáceo, conocido comúnmente como "cangrejo del sur", que se distribuye en aguas poco profundas costeras. Habita en el extremo sur de Sudamérica, incluyendo las regiones de Aysén y Magallanes, y también las islas subantárticas del Océano Austral (Malvinas, Marion, Crozet, Kerguelen y Macquarie). Tiende a ser más abundante en áreas protegidas como bahías, estrechos y ensenadas.
Sin embargo, una investigación internacional plantea que podría convertirse en un nuevo "invasor" y establecerse en la Antártica hacia fines de siglo.
Fue en el 2010 cuando un investigador estadounidense encontró en Isla Decepción, ubicada en la Península Antártica (al sur del Archipiélago de las Shetland del Sur), una hembra con huevos de esta especie. El hecho despertó la curiosidad de un equipo de científicos, pues alcanzar las costas antárticas requiere la dispersión a través de vastas y profundas barreras biogeográficas que han aislado el continente durante millones de años, incluido el cruce de la Corriente Circumpolar Antártica.
Fue así como el grupo de investigadores realizó un estudio, cuyos resultados fueron recientemente publicados en la revista Global Change Biology, que plantea que en la actualidad el cangrejo del sur no puede establecerse en las aguas de la Península Antártica. Sin embargo, esta situación tiene grandes probabilidades de cambiar bajo el escenario de cambio climático proyectado en el siglo XXI.
El trabajo fue desarrollado gracias a la colaboración de un equipo multidisciplinario de expertos de instituciones nacionales y extranjeras: Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes de la Universidad Austral Chile (IDEAL-UACh), Universidad de Magallanes (UMAG), Universidad de Chile (UChile), University of Otago (Nueva Zelanda), Royal Belgian Institute of Natural Sciences (Bélgica), Université Bourgogne Franche-Comté (Francia) y Université Libre de Bruxelles (Bélgica). Además, fue apoyado por proyectos del Instituto Antártico Chileno y de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID, ex Conicyt).
Para realizar el estudio, los investigadores utilizaron una combinación de experimentos fisiológicos y modelos ecológicos para evaluar el nicho potencial de "halicarcinus planatus" y estimar sus límites futuros hacia el sur bajo condiciones climáticas.
"Producto del calentamiento que ha sufrido la Antártica desde mediados del siglo XX y del aumento de las actividades antropogénicas, la probabilidad que especies exóticas lleguen y se establezcan en el continente blanco es mayor. Si bien, a la fecha no hay especies marinas exóticas establecidas, esta situación podría cambiar con el paso de los años", afirma la bióloga marina, doctorante y autora principal del trabajo científico, Zambra López.
La investigación muestra que el cangrejo del sur tiene un límite térmico mínimo de 1° C, y que su distribución actual (evaluada mediante muestreo y modelado de nichos) está fisiológicamente restringida a la región subantártica. Si bien esta especie actualmente no puede sobrevivir en la Antártica, el calentamiento futuro bajo escenarios de emisión de gases de efecto invernadero de 'fuerte mitigación'; y 'sin mitigación'; favorecerá su expansión de nicho a la Península Antártica Occidental para el año 2100.
La actividad humana también tiene potencial de incrementar la probabilidad de translocación antropogénica de esta especie a los ecosistemas antárticos.
La presencia de este cangrejo en la Antártica podría ser aleatoria, sin embargo, también es posible que en algún momento pudiera estar presente en alta densidad.
Las invasiones antárticas exitosas hasta la fecha se han registrado exclusivamente en hábitats terrestres. Si bien en las costas del continente blanco ya se habían reportado especies marinas no nativas como cangrejos, mejillones y tunicados, estas todavía no se han establecido allí. Pese a que aún no se han comprendido todas las consecuencias del calentamiento antártico, ya se han observado algunos cambios en la distribución y composición de las comunidades.
"Nuestro trabajo demuestra al día de hoy que este cangrejo no puede soportar inviernos antárticos, es decir, aún no es viable que se establezca y reproduzca allí. Esto cambiaría debido a que los efectos del cambio climático siguen incrementando la temperatura, haciendo que este cangrejo sí se pueda establecer en el continente blanco durante todo el año", concluye el investigador del Centro IDEAL y co-autor del estudio, doctor Luis Vargas-Chacoff.