Mónica González pidió solidaridad contra "la impunidad y el silencio" en Latinoamérica
La periodista galardonada por Unesco apuntó a la "red oculta" del crimen organizado.
Además, criticó la concentración económica de los medios de comunicación.
La periodista galardonada por Unesco apuntó a la "red oculta" del crimen organizado.
Además, criticó la concentración económica de los medios de comunicación.
Mónica González, recientemente galardonada con el Premio de la Libertad de Prensa de la Unesco, se erigió en portavoz de los reporteros oprimidos de Latinoamérica y pidió solidaridad para una región castigada por los asesinatos, el crimen organizado, la autocensura y el silencio.
"Los valientes periodistas que en México, Guatemala, Honduras, Colombia y otros países se atreven a hacer la radiografía de la red oculta del crimen organizado se estrellan contra la impunidad y el silencio", declaró la reportera al recibir su galardón en la localidad australiana de Brisbane.
González Mújica, quien conoció el exilio y la cárcel durante la dictadura militar de Augusto Pinochet, lamentó que el panorama que describe "no suscita mayor solidaridad en el resto del mundo", donde "se insiste en que son países democráticos con mecanismos institucionales para afrontar las amenazas".
"Cuando yo estaba presa por revelar los robos de (Augusto) Pinochet y las barbaries de sus servicios secretos, uno de los factores que me dio fuerzas para seguir fue la voz y la acción de cientos de periodistas y organizaciones de todo el mundo exigiendo mi libertad", recordó la reportera, reconocida por haber mostrado "el lado oscuro de Chile" a lo largo de toda su carrera.
Las ejecuciones sumarias y el abuso de la fuerza policial en países como México o Colombia, donde "se sumergen los cuerpos en ácido para borrar huellas", los crímenes de los paramilitares en Guatemala, los asesinatos de periodistas en Honduras, o los intentos de los Gobiernos de Venezuela o Nicaragua por anular las críticas corroen la libertad de prensa, añadió.
La nueva amenazaLa periodista aseguró que -salvo en situaciones como la de Cuba, de absoluta opacidad- actualmente existen más herramientas para crear espacios de diversidad y denunciar las irregularidades que afectan a la vida de los ciudadanos.
Sin embargo, "de la estructura económica de los medios de comunicación" surge otra amenaza contra la libertad de prensa, que consiste en la "acelerada concentración de su propiedad en grandes grupos privados (...) en un mercado que carece de regulación", lamentó.
Esos grandes conglomerados suelen ser "muy liberales en su empeño económico, pero muy distintos en su comportamiento social y político", con lo que "se incentiva un discurso monocorde que asfixia la diversidad", añadió.