La candidatura de tres neurobiólogos, el mexicano Arturo Alvarez-Buylla, el estadounidense Joseph Altman y el italiano Giacomo Rizzolatti, se adjudicó el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica de 2011 por descubrir el proceso de neurogénesis y las neuronas espejo.
Esta consiste en el descubrimiento de la regeneración de neuronas en cerebros adultos.
El jurado destacó que los descubrimientos de estos tres investigadores se encuentran entre los hallazgos más importantes de la neurobiología, cambiando la forma de entender el cerebro desde los tiempos del profesor español Santiago Ramón y Cajal, Nobel de Medicina en 1906.
Estas investigaciones abren nuevos caminos para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y el Parkinson, así como para la comprensión y posible tratamiento del autismo.
Los galardonados
Joseph Altman descubrió la neurogénesis en mamíferos adultos en los años sesenta del pasado siglo, sugiriendo que las nuevas neuronas desempeñan un papel crucial en los procesos de la memoria y el aprendizaje, y ese descubrimiento apoya el concepto de plasticidad cerebral.
El mexicano Alvarez-Buylla identificó los mecanismos fundamentales inherentes a la neurogénesis y las células gliales como progenitoras de nuevas neuronas, así como la migración en cadena de estas últimas a diferentes zonas del cerebro y abre asimismo nuevas pistas sobre el origen de los tumores cerebrales.
Giacomo Rizzolatti, en tanto, descubrió las neuronas espejo, que se activan no sólo durante la ejecución de una acción, sino también durante la observación de la misma y que proporcionan un marco adecuado para la comprensión de los mecanismos subyacentes a la empatía emocional, imitación, comunicación y comportamiento social.