A propósito del verano, el calor y la fuerte presencial del sol, que supone mayores riesgos de padecer cáncer a la piel, el dermátologo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Andrés Figueroa, entregó recomendaciones para prevenir y protegerse de los rayos ultravioletas.
"El 80 por ciento de la radiación ultravioleta se acumula antes de los 20 años", afirmó Figueroa, detallando que la exposición a este tipo de radiación es la principal causa de la patología, que se divide principalmente en el cáncer de piel tipo melanoma -más agresivo y letal- y del tipo no melanoma, el más frecuente en la población.
"El melanoma se asocia a la exposición de radiación ultravioleta de forma intensa e intermitente. Por ejemplo, esa gente que va a la playa, se quema y queda roja, y lo repite así varias veces en su vida", explicó, junto con asegurar que pese a que tiene mayor riesgo de metástasis, "afortunadamente es menos frecuente".
En cambio, el no melanoma -el principal cáncer a nivel mundial en frecuencia- tiene relación con "la exposición crónica de los agricultores y la gente que trabaja mucho al sol", pero no tiene la capacidad de desarrollar metástasis.
Asimismo, señaló que las personas más propensas a desarrollar esta patología "son las que tienen antecedentes familiares de cáncer de piel, pacientes que tienen un carcinoma previo ellos mismos, pacientes que son de piel clara, pelirrojos, o que trabajan mucho al sol, o quienes tienen lunares atípicos", por lo que deben ser examinados regularmente.
Las personas que suelen ir constantemente a la playa a broncearse, sin protección, son más propensas a desarrollar un cáncer del tipo melanoma, más agresivo pero menos frecuente. (Foto:ATON)
Alerta y prevención
El también especialista en cirugía dermatológica apunta que para alertar sobre el desarrollo de un posible cáncer existe "una regla que se llama A,B,C,D y E".
"Hay que fijarse A, en un lunar que es asimétrico; B, que los bordes sean difuminados; C, que tenga dos o más colores o un color negro muy intenso; D, que el diámetro sea mayor de seis milímetro; y E, de evolución, cualquier lunar que pique, que crezca, que sangre o llama la atención", expuso.
Eso sí, el dermatólogo aclaró que "ésto no significa que estos lunares sean malos, sino que hay que evaluarlos. Eso en el caso de los melanomas".
Además, agregó que es recomendable "aplicarse el protector solar, cada tres horas, en cantidad suficiente, 30 minutos antes de la exposición solar, eso es súper importante".
"La otra fotoprotección que también es muy importante es la pasiva, que es usar vestimenta adecuada, lentes para el sol, un sombrero, tratar de no exponerse al sol entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, que son las horas de más radiación, y buscar siempre la sombra", aconsejó.
Figueroa enfatizó, también, en que los bebés no deben ser expuestos a la radiación solar antes del año de edad, y después de ese tiempo afirma que "está recomendado el uso de algunas pantallas solares que filtran el 100 por ciento de la radiación".
Tratamiento
Tratamientos
Sobre los tratamientos, el dermatólogo indicó que éstos dependen generalmente del compromiso que suponga el cáncer a la piel.
Por ejemplo, "si es un melanoma que llamamos in situ, que está recién partiendo, muchas veces la parte quirúrgica es lo óptimo. En cambio, cuando tienen compromiso a distancia (metástasis), hay gángleos comprometidos o algún otro órgano que está con el tumor, lo que hacemos es un tratamiento mixto, que lleva cirugía, quimioterapia, radioterapia e incluso a veces inmunoterapia".
"Se hacen varias cosas para tratar de alargar la sobrevida de esos pacientes", precisó.
En tanto, cuando se trata del no melanoma, que puede presentarse con un "carcinoma basocelular y espinocelular, principalmente lo que se usa es la cirugía y ahí cabe una mención especial para una cirugía que se llama, cirugía micrográfica de Mohs".