Cómo se propaga un virus en un avión
Científicos desarrollaron la teoría de la "norma de las dos filas" y estimaron las probabilidades de contagiarse de alguna enfermedad viral.
Científicos desarrollaron la teoría de la "norma de las dos filas" y estimaron las probabilidades de contagiarse de alguna enfermedad viral.
El contagio de la gripe porcina en Nueva Zelandia permitió a los científicos investigar cómo se propaga un virus al interior de un avión, donde todo está vinculado en la cercanía que se tiene con la persona que lleva el foco infeccioso.
Fue en abril de 2009 cuando la OMS alertaba de un brote en México de la gripe porcina y llamaba a evitar su propagación internacional. Sin embargo, el virus AH1N1 ya estaba en Auckland, Nueva Zelanda, a bordo de un avión.
Es así que un estudio encabezado por el epidemiólogo de la Universidad de Otago, Michael Baker, modeló el riesgo que existe de que una enfermedad se propague al interior de un avión, la que aumenta cuanto más cerca se está del primer infectado o si éste es un miembro de la tripulación, publicó este fin de semana El País.
Según relata el medio español, previo a la advertencia de la OMS, un Boeing 747, proveniente de San Diego (Estados Unidos) aterrizaba en el aeropuerto de Auckland con casi 400 pasajeros, entre ellos una veintena de estudiantes que habían estado en el norte de México: Nueve de ellos subieron al avión ya enfermos.
No pasaron muchas horas para que otras cinco personas se contagiaran. En las siguientes semanas, más de 1.000 personas tuvieron que ser hospitalizadas y durante toda la pandemia, murieron 49 neozelandeses.
Al acabar 2009, el 18 por ciento de la población de Nueva Zelanda habÍa estado expuesta al virus, es decir, llevaban anticuerpos contra esa cepa del H1N1.
Estos jóvenes "fueron los primeros casos de gripe pandémica conocidos en Nueva Zelanda", destacó Baker.
La norma de las dos filas
El científico realizó entonces un seguimiento a los estudiantes y a un centenar de pasajeros que se sentaron con ellos en la parte posterior del avión, lo que permitió comprobar que los pasajeros que se infectaron durante el vuelo estaban a no más dos filas de distancia de alguno de los estudiantes enfermos, ya fuera hacia adelante, hacia atrás o a los laterales.
"La pandemia nos ofreció una oportunidad única para investigar el riesgo de transmisión de la gripe durante un vuelo. Al tratarse de un virus completamente nuevo en Nueva Zelanda, sabíamos que el único punto del que podía venir era de otros pasajeros de ese vuelo", contaba entonces el epidemiólogo neozelandés.
Backer comentó que "tranquiliza saber que fueron pocas infecciones y solo se produjeron entre pasajeros que estaban cerca de las personas infectadas. Lo que sugiere que la transmisión se produjo más por gotitas expulsadas al toser o estornudar que mediante minúsculos aerosoles dispersados a través del sistema de aire acondicionado del avión".
Esta cercanía se conoce con "la norma de las dos filas" y ha sido comprobada en otros casos de infecciones en vuelo.
El movimiento de los pasajeros
Sin embargo, un grupo de matemáticos y sanitarios acaba de confirmar la norma pero con matices. Además de la posición en la que los pasajeros estaban sentados, hay que tener en cuenta todos sus movimientos y los de los tripulantes de cabina.
Lo que detectaron, publicó en a revista PNAS, es que de los 1.540 pasajeros controlados, un 38 por ciento no se levantó de su asiento en todo el vuelo, otro 38 por ciento lo hizo una vez, un 13 por ciento dos veces y un 11 por ciento más de dos. De media, pasaron 5:25 minutos en movimiento.
El destino principal de sus ideas y venidas fue el baño.
Los autores del estudio tomaron muestras de aire y de puntos clave de la cabina, como reposabrazos, mesitas plegables o la puerta del baño. A pesar de que la mayoría de los vuelos se produjeron en plena temporada de gripe, no detectaron ningún caso de infección y tampoco la presencia de alguno de los 18 tipos de virus respiratorios que buscaron en las muestras.
Así, estimaron que la probabilidad de que un pasajero cualquiera se contagiara durante el vuelo era muy baja, cercana al 3 por ciento.
Sin embargo, el porcentaje sube hasta el 80 por ciento si te sientas una fila delante o detrás o a dos asientos laterales. La posición pierde fuerza como factor de riesgo si el primer infectado es un miembro de la tripulación. En ese caso, la clave es la cercanía con el tripulante, que puede infectar hasta a 4,6 personas por vuelo.