Un tribunal de Apelaciones de Estados Unidos declinó levantar las restricciones temporales ordenadas por el gobernador del estado de California, Gavin Newson, sobre los servicios religiosos para evitar la propagación del coronavirus, después de que el presidente Donald Trump autorizara a las iglesias a reabrir sus puertas este fin de semana.
El diario The Washington Post publicó este sábado que la corte del Noveno Circuito de Apelaciones, con sede en San Francisco (California), dictaminó el viernes que la medida del gobernador no se dirigía de forma selectiva a las actividades religiosas.
El tribunal se pronunció sobre una demanda presentada a comienzos de mayo por la Iglesia Pentecostal Unida de South Bay en Chula Vista, precisó la versión periodística.
Los jueces Barry Silverman y Jacqueline Nguyen defendieron, en una opinión mayoritaria, que se está lidiando "con una enfermedad altamente contagiosa y a menudo fatal, para la cual actualmente no existe una cura conocida".
Los magistrados -añade el Post- citaron en su declaración una opinión del Tribunal Supremo, al señalar que si una corte no usa "sabiduría práctica", convertirá la Carta de Derechos que incluye las primeras diez enmiendas de la Constitución estadounidense "en un pacto suicida".
Pero el juez Daniel Collins disintió al considerar que la prohibición viola la Primera Enmienda, que garantiza la libertad de culto, de expresión, de prensa y de reunión.
Las amenazas de Trump contra los gobernadores
La decisión se conoció después de que Trump anunció el viernes la designación de las iglesias, sinagogas y mezquitas como "lugares esenciales", por lo que a nivel federal pasan a ser considerados cruciales, una categoría en la que también han entrado hospitales o procesadoras de alimentos.
"Exhorto a los gobernadores a permitir a las iglesias y a los lugares de culto abrir, ¡ahora mismo!", afirmó Trump, quien amenazó con suspender la autoridad de los gobernadores si no lo permiten y acabó su intervención diciendo: "EE.UU. necesita más rezos, no menos".
El mandatario no aclaró a qué poderes presidenciales se refería para anular el poder de los gobernadores y, preguntada por la prensa, la portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, tampoco ofreció ningún detalle.
Legalmente, el Gobierno federal no tiene autoridad para anular las decisiones de los gobernadores, que son quienes tienen potestad para decidir si reanudan o no la actividad de una zona.
Lo que Trump sí puede hacer y ya ha hecho es respaldar las denuncias contra gobernadores que han interpuesto instituciones religiosas, las cuales consideran que las restricciones por el virus violan su derecho a la libertad de culto recogido por la Constitución.