La concesionaria del Aeropuerto de Santiago, Nuevo Pudahuel, alertó que se encuentra "camino a la quiebra", debido a las pérdidas a consecuencia de la pandemia del coronavirus y las restricciones, por lo que reiteró el llamado al Ministerio de Obras Públicas a negociar una extensión del contrato, que en las circunstancias actuales "está imposibilitada" de cumplir.
En Lo Que Queda del Día, Branko Karlezi, subgerente de Comunicaciones y Servicio al Cliente de Nuevo Pudahuel, comentó que "ha sido un año y medio muy complejo para el aeropuerto y las aerolíneas, pero somos aliados del Estado y del Ministerio de Salud para enfrentar esta situación tan complicada, hemos apoyado con todos los procesos, los espacios".
Esto en relación a las constantes medidas y restricciones dispuestas en la terminal aérea, como el cierre de fronteras por un mes, anunciado hoy por el Minsal.
Pero, en ese marco, "lo más problemático, a mediano y largo plazo, es lo complejo que será recuperar las rutas y aerolíneas que Chile ha perdido, va a peder más de 180 millones de pasajeros", en un contexto que "el mundo aeronáutico representada 3% del PIB y 90 mil empleos".
"El año pasado ya bajamos 85%, y este mes (marzo), comparado con el año pasado ya con pandemia, tenemos 77% menos de vuelos y pasajeros: es decir, si el año pasado en este mes llegaban 35 mil pasajeros, este mes recibido 6 mil", cifró.
Complementó que "el 2019 cerramos con 26 millones de pasajeros, y el año pasado con 8 (millones), volvimos al año 2008, cuando había muy pocos pasajeros", situación por la cual -advirtió- "la pérdida es realmente monumental y el concesionario claramente va a ir a la quiebra".
"IMPOSIBILIDAD DE LLEVAR A CABO EL NEGOCIO DEL CONTRATO"
Karlezi expuso que "los costos fijos del aeropuerto son altísimos y no se pueden modificar, es el gran problema que tenemos hoy, es como si uno tuviera una panadría pero sin harina".
"Muchas veces hemos oído al ministro de Obras Públicas (Alfredo Moreno) decir que frente a la situación de Nuevo Pudahuel, hay que enfrentar un buen o mal negocio, (pero) nuestra posición es decir que no es un buen o mal negocio, no es que estemos haciendo un mal negocio, es que el concesionario está imposibilitado a llevar a cabo el negocio que el contrato de concesión le aplicó", afirmó.
Puntualizó que "el contrato es muy claro: hay escenarios donde el concesionario se hace cargo y responsable, como un terremoto, si estuviera cerca de la costa, un tsunami, o incluso el estallido social de octubre, pero cuando hay situaciones que no son asegurables y no están en el contrato, entonces -exhortó- hay que sentarse (a conversar) como lo han hecho Australia, EE.UU., Irlanda, Francia, México, incluso Argentina que ya alargó 10 años todas sus concesiones, porque no es viable".
"Ya estamos camino a la quiebra", reiteró, recordando que "excepcionalmente se inyectaron 60 millones de dólares para seguir funcionado por los meses que vienen", pero ya en 2022 no se podrá hacer lo mismo, lo cual "se le explicó al panel técnico, la primera instancia cuando hay diferencia con la concesión y el Estado".
En ese sentido, aseguró que "sería la primera vez en Chile que quiebre una concesión (...) y tampoco sería fácil, (contrario a) como han dicho las autoridades, reemplazar a un concesionario en este escenario mundial, porque además Chile consiguió que los (principales) dos operadores mundiales llegaran".
LA PROPUESTA PARA ALARGAR LA CONCESIÓN
El contrato tiene vigencia hasta el año 2035 y considera que las ganancias se repartan en porcentaje de 22% para la concesionaria y 78% para el Estado de Chile, aunque la proyección es que recién el 2025 las rutas estén normalizadas.
Ante ello, detalló Karlezi, "le estamos ofreciendo al Gobierno llegar a un manejo de ganancia cero por el tiempo que duren estas limitancias, que son unilaterales, que apoyamos para ayudar a la población, pero que no es viable, y no es un contrato normal, está desequilibrado".
"Que no haya ganancia para ninguno durante la pandemia, (así) logramos operar. Y cuando se recupere, que nos den el tiempo extra que perdimos para poder nuevamente a todas las aerolíneas y rutas que perdimos, para poder tener retorno", planteó.
"Recordemos que hay 13 bancos que también prestaron 500 millones de dólares para construir el terminal internacional, y hay que pagarles, (pero) no dan los números", cerró.