Las cenas de fin de año, tanto la de Navidad como la de Año Nuevo, añaden un exceso de calorías al cuerpo, que suman habitualmente lo mismo que lo que se debería comer en el día y en un horario donde no se debería exigir tanto al cuerpo.
Según un estudio de la Universidad de Bath, publicado en The Journal of Physiology, estas calorías que también dañan nuestro metabolismo no afectan a las personas que practican regularmente ejercicio (45 minutos diarios).
Sin embargo, detalló La Tercera, para quienes son sedentarios, provoca descontrol del azúcar en la sangre y las células grasas sobreexpresadas también aumentan, según el estudio realizado. Pero el grupo que hacía ejercicio mantenía niveles de azúcar estables y menor expresión de sus células grasas.
La miembro del Colegio de Nutricionistas Universitarios AG, Natalia Castro, recomendó consumir licores bajos en calorías como el vino espumoso y cervezas de bajo grado alcohólico sólo después de cenar y esperar por lo menos una hora para acostarse.
Por su parte, Carlos Henríquez, del laboratorio de Ciencias del Ejercicio de Clínica Meds, indicó que para gastar esa cantidad de calorías extra, una mujer que trota en la semana a intensidad moderada durante 30 minutos, necesitará cuatro sesiones semanales extra para quemar las calorías añadidas.
Si aumenta a 60 minutos, bastará con dos sesiones extra en la semana y sumando las dos fiestas de fin de año, son cuatro horas extra.
Para los sedentarios, se necesitará de una caminata de 45 minutos durante cinco días para gastar 1.400 calorías, lo que se debe duplicar si comió en ambas fiestas.